El tribunal declara probado que conocía las actividades de Javier Anastasio

La Audiencia de Madrid declara probado que López Roberts tuvo conocimiento por sus conversaciones con Rafael Escobedo de que el propio Escobedo y Javier Anastasio de Espona se trasladaron al chalé de los marqueses de Urquijo en un Seat 1.430 blanco, matrícula M-0801-AS, en las primeras horas de la madrugada del 1 de agosto de 1980. Accedieron al chalé rompiendo el cristal de la puerta de la piscina y practicando un agujero en otra de madera, para lo que utilizaron esparadrapo, martillo y un soplete alimentado por una bombona de gas. Según la sentencia, "Rafael, con una pistola del calibre 22, dio muerte a sus suegros mientras dormían en sus respectivas habitaciones, abandonando ambos la residencia, tras lo cual Javier tiró en la carretera de San Martín de Valdeiglesias los utensilios empleados, y el arma en el pantano de San Juan".

Conversaciones con Rafi

Las conversaciones entre Escobedo y López Roberts se desarrollaron en Madrid, en el mes de enero de 1981, y en la finca de la familia Escobedo en Moncalvillo de Huete (Cuenca), en marzo. En este último lugar, López Roberts aconsejó a Rafi Escobedo que se deshiciese de unos guantes utilizados para entrar en el chalé de sus suegros.

Tras la detención de Escobedo, el 9 de abril de de 1981, López Roberts y Javier Anastasio coincidieron en la cafetería Roceo, de la calle del Doctor Fleming, en Madrid. Allí, López Roberts interrogó a Anastasio sobre lo que le había comentado Rafi, y al reconocer éste los hechos, le aconsejó salir de España y refugiarse en Suráfrica, país con el que no existe tratado de extradición. Para facilitarle la huida le entregó 25.000 pesetas, con las que Anastasio tomó esa misma noche un avíón a Londres, aunque regresó a España dos días después.

El tribunal considera "inexplicable" que el fiscal solicitara el indulto parcial para López Roberts, ya que pidió una pena de 11 años y no la mínima de 10 años y un día.