Clausurados en Valencia los encuentros de danza contemporánea

Los encuentros Dansa València, que desde hace tres años constituyen el único congreso dedicado a la danza contemporánea en nuestro país, finalizaron ayer, sábado, en Valencia. Se incluyeron en ellos mesas de trabajo y diversos espectáculos, con participación de una centena de invitados de toda Europa. Han estado representados los más importantes festivales, teatros y centros de producción de danza, así como informadores, programadores y gestores españoles implicados en mantener o difundir la todavía embrionaria creación contemporánea de danza.La muestra finalizó después de cuatro jornadas en las que se debatieron temas de máximo interés como los circuitos de difusión de las redes regionales, con información de experiencias francesas, belgas e italianas y de las comunidades autónomas de Madrid, Barcelona y Valencia, de cara a conseguir la unión para un futuro circuito estatal. Al tiempo, fueron ofrecidos siete espectáculos de grupos españoles, entre ellos Danat danza, Ananda Dansa, Mal Pelo y Gelabert/Azzopardi, y otras siete coreograflias cortas y perfonmances.

La rentabilidad de estas jornadas, que se traduce en resultados palpables, es definida por su organizador, Toni Pastor, como un marco de intercambios. "Estamos ofreciendo a todos la oportunidad de comunicarse, sin restringirnos al País Valenciano, y queremos que todos también se impliquen y se comprometan en esto", señala Pastor. Sacar adelante la danza contemporaneas española es el motivo final del proyecto en el que, por ahora, todos reciben pero sólo uno pone el esfuerzo y el dinero.

Rentabilidad

El presupuesto de los encuentros es de 20 millones de pesetas y los beneficios de la comunicación de la que habla Pastor se proyectan primeramente en los grupos, debido al amplísimo sector europeo que acude a Valencia desde el primer año, con gran interés y expectación hacia las nuevas creaciones artísticas.Este escaparate ha permitido a grupos como Ananda Dansa o Lanónima, entre otros, dar el salto hacia circuitos y festivales de Bélgica, Holanda, Francia o Alemania, mejorando sensiblemente con ello su estabilidad y, en algún caso, constituyendo estas giras internacionales su único trabajo rentable.

En el plano nacional, donde el mercado no puede favorecerse por la irrisoria cantidad de espacios disponibles para la danza, la rentabilidad se traduce, según los participantes, en la reflexión, necesaria para generar una conciencia común cada vez más amplia, respecto de los problemas y responsabilidades parciales, futura fuerza de choque contra las estructuras oficiales.

Si las diversas instancias del espectáculo se comprometen en mayor o menor medida en este proyecto, el gran ausente ha sido el Gobierno central, que mantiene y acrecienta la desconfianza por su gestión en este gran colectivo, desatendiendo sugerencias e incumpliendo compromisos.