Contra las cuerdas
Las caídas de las bolsas internacionales no han tenido un reflejo muy fuerte sobre los mercados (le valores españoles debido, fundamentalmente, a la estrechez por la que atraviesan. El débil ritmo de salida del papel y la escasez de dinero vienen convirtiendo cualquier esfuerzo en un ejercicio inútil, pues resulta complicado que las cotizaciones se muevan con fuerza cuando falta presión. En esta ocasión, todo se ha quedado en un incremento de las operaciones y en unos recortes más o menos importantes, pero desigualmente repartidos según la capacidad de los cuidadores o la posibilidad de hacer cambios medios aumentando la toma de posiciones en estos niveles.Los buenos deseos de los inversores institucionales se vieron recompensados en parte ante la pequeña reacción de Wall Street después de una apertura bastante negativa. Durante la última hora algunos valores del mercado continuo pudieron beneficiarse de ese cambio de tono que apenas significa nada, pero que sirvió para que el test del 277% dure algún tiempo más.
Los valores bancarios que contratan en el mercado continuo han sido de los más castigados, ya que a ellos no les llegó ese dinero que a última hora intentaba mejorar la cotización o aprovechar los bajos precios por si las cosas mejoraban. Si algo se ha demostrado es que hay bastante liquidez disponible y que está preparada para tomar posiciones en cuanto los precios bajen un poco más o den la sensación de haber tocado fondo. El único fallo del invento es que las decisiones se toman fuera.
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