Dimite el primer ministro sueco al ser derrotado su plan económico
El primer ministro sueco se vio ayer forzado a presentar su renuncia, tras la derrota parlamentaria de su paquete de medidas económicas. El socialdemócrata Ingvar Carlsson tuvo que enfrentarse al rechazo no sólo de los partidos burgueses, sino también de comunistas y verdes. Se abre ahora una fase de negociaciones interpartidarias para intentar resolver la crisis sin convocar elecciones anticipadas.La rebelión desde las filas de la izquierda fue provocada por un paquete económico ("medicina amarga, pero necesaria", según Carlsson) que incluía la congelación de precios y salarios, de los impuestos locales, y del reparto de dividendos por encima del promedio de los tres últimos años. Ni siquiera la retirada de un cuarto punto, la prohibición temporal de las huelgas, evitó la derrota del Gobierno.
La clave de la crisis parece estribar en la amenaza que las realidades económicas suponen para el modelo sueco de Estado del bienestar.
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