La cotización del dólar rebasa en Argentina la barrera de los 3.000 australes

Con la inflación al borde del 80% mensual en enero, un dólar que rebasó la barrera de los 3.000 australes, las tasas de interés al 200% y el barrio financiero de Buenos Aires convertido en un hervidero de rumores, la economía argentina pegó un salto en su deterioro y, a los ojos de los ciudadanos, se desvanecen cada vez más las esperanzas de que las cosas tengan arreglo. La publicación, el miércoles por la tarde, del índice del coste de la vida durante el mes de enero superó los cálculos más pesimistas.

Cuando se esperaba un porcentaje en torno al 70%, la cifra real (un 79,2%) se situó casi 10 puntos por encima. Las partidas con mayor incidencia sobre la sufrida población rebasaron ampliamente esa cifra. Los costos de alimentación casi llegan al 85% y los de salud rondan el 100%. Las perspectivas para este mes no son buenas y se ha previsto un 40%; aunque este índice puede subir si la desbandada del dólar repercute, como suele ocurrir siempre en Argentina, sobre los precios.El 6 de febrero parece una fecha ominosa para la economía argentina. Fue ese mismo día, hace un año, cuando se vino abajo el llamado plan primavera del gobierno de Raúl Alfonsín. Aquel día el Banco Central decidió retirarse del mercado cambiario y no pudo sostener el dólar a 17 australes. El Gobierno había calculado llegar a las elecciones con la divisa norteamericana a ese precio, pero las reservas del Banco Central no llegaron. Con la retirada del Banco Central, el dólar pegó un salto de un 38% y pasó a 24 australes.

Desde entonces la irrestible ascensión del dólar lo ha llevado, por ahora, hasta 3.000 australes.

Este 6 de febrero pareció de nuevo la fecha clave. En dos días, el dólar pasó de 2.000 a 3.000 australes. Las explicaciones en la City porteña son para todos los gustos. Unos hablan de fracaso en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. Otros recurren a explicar que se debe a una foto del gabinete del presidente Carlos Menem al lado de los sindicalistas en la Casa Rosada. Esto se interpretaría como un síntoma de que el Gobierno podría dar un viraje en el programa diseñado por el ministro de Economía, Antonio Erman González.

La explicación más coherente parece ser la intervención del Banco Central para comprar los escasos dólares en el mercado de Buenos Aires.

Pago de la deuda

El Estado tiene que afrontar en los próximos días el pago de los intereses en dólares de los bonos de deuda externa -Bonex- que se cotizan en la plaza de Buenos Aires. Para conseguir esos dólares, se han imprimido los australes necesarios. Esta emisión de australes va en contra del plan económico vigente, basado en la idea de "secar la plaza" de australes, para mantener la cotización respecto al dólar. La subida del dólar suele repercutir casi inmediatamente sobre los precios, porque los comerciantes toman como referencia la cotización de la moneda norteamericana para fijar sus precios. La economía está "dolarizada" para los que establecen los precios y las consecuencias las pagan los asalariados que ganan su sueldo en australes.Todo esto repercute en una caída masiva del consumo y se perfila en el horizonte el fantasma de la llamada estanflación, es decir la suma de estancamiento económico con inflación.

Para agravar el panorama, se ha introducido este mes el IVA generalizado del 13% a casi todos los productos y servicios. En teoría esta medida no debería tener repercusiones sobre los precios. Casi un 70% de los productos ya cotizaban un IVA del 18%. Ahora esos productos deberían bajar y subir hasta un 13% los que no estaban incluídos. En medio del clima de sálvese quien pueda, reinante hoy día en la vida económica argentina, muchos comerciantes aprovecharon la ocasión para remarcar los precios, incluídos los de aquellos productos excluidos del IVA.

Para no quedarse atrás en esta carrera desenfrenada de precios, las empresas públicas han puesto en marcha un nuevo tarifazo. Los titulares de los periódicos de ayer dan idea de las dimensiones de la subida de tarifas. Para la mayoría de los usuarios, la luz subirá un 208%, el teléfono sólo sube un 112% y el gas el 130%.

El billete de autobús en Buenos Aires aumentó un 150%. Trasladarse del extrarradio al centro resulta prohibitivo.