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EL PROBLEMA DEL TRÁFICO

Un sabotaje en ocho trenes de cercanías originó retrasos de 40 minutos en las Iíneas de Alcalá y Guadajara

El sabotaje que sufrieron durante la madrugada pasada las ocho unidades de cercanías ubicadas en la estación de Alcalá de Henares originó retrasos de hasta 40 minutos en las líneas que unen Madrid con Alcalá y Guadalajara. Los frenos de los -trenes quedaron bloqueados tras ser seccionado el cable de seguridad. La huelga de los maquinistas de Renfe agravó los problemas circulatorios en todas las carreteras de acceso a Madrid, que ayer sufrieron importantes retenciones. En el interior de la ciudad, los índices de saturación subieron cuatro puntos con respecto a la pasada semana.

Las ocho unidades de Renfe que dormían la pasada madrugada en la estación de Alcalá de Henares no pudieron cubrir el servicio de las líneas Cantoblanco-Chamartín-Alcalá y Chamartín-Guadalajara, al que estaban destinadas, al quedar inutilizadas por un sabotaje, según un portavoz de la dirección de Cercanías de Renfe. La acción coincide con la segunda jornada de paro de los maquinistas de la empresa, convocada por el Sindicato Español de Maquinistas y Ayudantes de Ferrocarril (SEMAT).Los trenes quedaron inutilizados en la estación con los frenos bloqueados. La avería sobrevino al ser seccionado el cable del llamado circuito de lazo, que regula el sistema de frenado. Según un técnico de calidad de la compañía, desplazado a Alcalá para reparar los desperfectos, los cables, situados en la topera de enganche, fueron cortados con alicates.

Los técnicos observaron también otros desperfectos en las unidades: se cerraron las llaves de paso del aire y se inutilizaron los aparatos de alarma, según declararon. "Los que han hecho esto sabían perfectamente cómo dejar fuera de servicio las unidades", comentaron. Según el inspector de Movimiento de Renfe en Alcalá, "se han puesto piedras y botellas en los cambios de vías para dificultar el movimiento de los raíles en las intersecciones".

La inutilización de las ocho unidades ocasionó retrasos de hasta 40 minutos en las líneas de Guadalajara y Alcalá, que usan diariamente entre 5.000 y 6.000 viajeros. La avería también afectó a otras líneas, como la de Chamartín-Villalba, ya que algunas de las unidades estropeadas debían haber cubierto este trayecto. Renfe también recurrió a trenes destinados a la línea Madrid-El Escorial para reforzar las líneas afectadas por el presunto sabotaje.

Falta de seguridad

El inspector de Movimiento de Alcalá y los miembros del servicio de seguridad contratado por Renfe confirmaron que en el momento de producirse los desperfectos tan sólo estaban de servicio dos personas en la estación. Según contaron, "es imposible detectar a los causantes de los daños". Ambas fuentes coincidieron en la necesidad de ampliar el número de personas dedicadas a la vigilancia, tanto del material como del personal de Renfe.

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Un maquinista, miembro del sindicato Comisiones Obreras y que se manifestó contrario a la huelga convocada por SEMAT, coincidió en la falta de vigilancia que padecen los trenes. "En ocasiones nos encontramos con gente dentro, durmiendo, cuando vamos a subir al tren a ponerlo en marcha", afirmó.

Los maquinistas tienen convocados nuevos paros para los próximos días 16 y 19 de febrero. Según la empresa, el pasado viernes, primera jornada de huelga, secundaron la convocatoria de SEMAT un total de 298 maquinistas de los 1.364 que estaban de servicio.

Ayer, en las líneas de cercanías, los servicios mínimos fueron del ciento por ciento en todas las líneas, excepto en la de Madrid-Aranjuez y Madrid-Vicálvaro, que fueron del 75% durante la primera hora punta, de seis a nueve de la mañana.

El Consorcio Regional de Transportes recomendó a todas las empresas de autobuses interurbanos que reforzaran el servicio en aquellas horas en las que no estaban previstos los servicios mínimos: de 9.00 a 13.30 y de 15.00 a 18.00 horas.

La huelga de los maquinistas de Renfe contribuyó a agravar la ya de por sí complicada circulación de los lunes de principios de mes, ya que, a tenor del comportamiento habitual de los conductores, suele ser una jornada en la que se utiliza masivamente el vehículo privado. Todas las carreteras de acceso a Madrid sufrieron retenciones de entrada durante la primera hora de la mañana. La autovía de Valencia y la de Barcelona, a causa de las obras del paso subterráneo, también registraron retenciones en sentido salida.

Las complicaciones en la entrada a Madrid provocaron que la primera hora punta -habitualmente entre siete y nueve de la mañana- se prolongase en la ciudad hasta cerca de las diez.

Los índices de saturación -porcentaje de vehículos que paran cada tres minutos- en el centro de la ciudad se dispararon ayer hasta el 92%, a las nueve de la mañana, cuatro puntos por encima de la media registrada la pasada semana.

El paseo de la Castellana, María de Molina, la plaza del Conde de Casal, la glorieta de Atocha, el paseo de las Delicias, Cuatro Caminos y el puente de Segovía fueron, junto a los bulevares y las rondas, los puntos donde más retenciones se registraron.

Además, ayer tuvo que ser cortada al tráfico la calle de Mesón de Paredes para proceder a la reparación de una tubería de conducción de agua estropeada.

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