_
_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Panorama de retrasos

Soy usuario habitual del servicio de cercanías de Renfe. Estoy completamente harto de que el responsable del servicio de reclamaciones de esa compañía conteste a mis reclamaciones diciendo que miento en lo que se refiere a retrasos: en sus archivos jamás figura ningún tren retrasado. Ante ello decidí hacer un estudio estadístico e intentar publicarlo con la ayuda de EL PAÍS.Datos del estudio:

- Viajes considerados (típico). Torrelodones-Nuevos Ministerios, entre 7.30 y 9.00. Madrid (varios)-Torrelodones, a partir de las 18.30. Duración del viaje: 37 minutos.

- Salvo escasas excepciones (olvidos), he incluido todos los viajes realizados desde septiembre hasta diciembre, ambos inclusive. Los viajes efectivamente cronometrados son 94.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

El pavoroso resultado es el siguiente:

- Viajes en hora o con retraso no superior a dos minutos: 13, equivalente al 14%. Nótese que en horas punta, por el túnel de Madrid, debería circular un tren cada 2,5 minutos aproximadamente, por lo que estos viajes son los únicos que no han perturbado a los usuarios de otras líneas.

- Viajes con retraso igual o mayor de 15 minutos (frecuencia en horas punta): 23, equivalente al 24%.

- Viajes con retraso igual o mayor de 30 minutos (frecuencia el resto del día): cinco, equivalente al 5%.

Obsérvese que estos retrasos equivalen en la práctica (y, en muchos casos, a la estricta realidad) al escamoteo de uno o varios trenes.

-Retraso máximo observado: una hora y 56 minutos.

- Retraso medio sobre los 94 viajes: 12 minutos; es decir, el 80% de la separación entre trenes en horas punta y el 40% en el resto del día. La conclusión evidente es que el horario previsto no sirve para nada.

A este pequeño defecto del funcionamiento de Renfe no vale la pena, por supuesto, que se añada la suciedad de los trenes, el estado absolutamente deplorable de conservación, los viajes en pie, etcétera, pues es bien sabido que esto es culpa de los viajeros.

Nuestros trenes no son tercermundistas: son, simplemente, una estafa al usuario y al contribuyente. ¿Quiere alguien hacer el cálculo de lo que cuesta al país 24 minutos al día de cada trabajador que usa Renfe para ir a su trabajo?- C. Martín Pascual.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_