Los agentes tenían autorización judicial verbal

La policía obtuvo en la mañana de ayer autorización verbal del juez Juan Manuel Fernández, titular del Juzgado de Instrucción número 1 de la Audiencia de Pamplona, para retirar la pancarta contra la visita real colgada de los balcones del sindicato LAB, según confirmaron fuentes jurídicas a este periódico. En la tarde del jueves, el mismo magistrado que se encontraba de guardia recibió una llamada de la policía pidiéndole una orden de registro de la sede abertzale que el juez denegó al considerar, según señalaron las mismas fuentes, que se trata de un partido legal y no había motivo alguno para concederla.Testigos presenciales aseguraron que la pancarta ya había sido retirada cuando la policía penetró en la sede de Herri Batasuna, que también fue asaltada en febrero de 1988 durante la visita oficial de los Reyes de España a Navarra. Fuentes de la Policía Municipal de Pamplona, algunos de cuyos miembros se presentaron en la sede de HB para interesarse por lo sucedido, fueron expulsados del inmueble por policías de paisano, según informaron fuentes sindicales del citado cuerpo municipal de policía.

Por su parte, dirigentes de Herri Batasuna también aseguraron que a última hora de la noche del jueves la policía se puso en comunicación con un juez para solicitar de éste una orden de registro de la sede abertzale, en la que no aparecía aún pancarta o cartel alguno contra la visita real. "El juez denegó tal solicitud", afirmó el concejal- Fernando Biurrun.

Tras el asalto, la Reina y el séquito que la acompañaba volvieron a pasar por delante de la sede de HB en la que habían sido colocadas dos grandes banderas, una enorme ikurriña y el arrano beltza (águila negra), que es la antigua bandera de los vascones del reino de Navarra. El regreso de doña Sofia hacia el aeropuerto estuvo acompañado de gritos de "Fuera, fuera" y "Monarquía kanpora".

Fernando Biurrun señaló que las detenciones practicadas en la sede fueron ordenadas por un comisario que eligió "arbitrariamente" a quienes más le sonaban.

Fuentes de HB señalaron que la policía obligó a dos vecinos del cuarto piso del edificio a firmar un acta de registro, en la que señalaba que íos militantes abertzales habían agredido "brutalmente" a los policías.