Confirmado el veto de Bush a la ley sobre estudiantes chinos, tras la votación en el Senado

El Senado de Estados Unidos confirmó ayer el veto del presidente norteamericano, George Bush, a un proyecto de ley del Congreso destinado a proteger a los estudiantes chinos residentes en el país de una amenaza de deportación. Pese a que 62 senadores rechazaron el veto y 37 lo apoyaron, no se logró la mayoría de dos tercios necesaria.

La oposición al veto presidencial no logró, por sólo cuatro votos, respaldar la mayoría que había logrado la Cámara de Representantes (390 a 25) el día anterior.Antes de la votación en el Senado y tras el resultado en la Cámara, el Gobierno chino había reaccionado ayer con "gran indignación" contra el Congreso, que se enfrentó, por una gran mayoría, a la política moderada hacia China del presidente George Bush.

El presidente de EE UU había impuesto su veto a un proyecto de ley del Congreso dirigido a conceder la residencia permanente a los estudiantes chinos en Estados Unidos ante el temor de que pudiesen ser perseguidos por la justicia china al regresar a su país.

La inmediata e indignada reacción china a esta votación y las declaraciones del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Jin Guihua, han vuelto a poner de manifiesto la tensión reinante entre los dos países, suavizada un tanto desde la visita que a mediados de diciembre efectuó el consejero de Seguridad Nacional norteamericano, Brent Scowcroft, como enviado especial de Bush a Pekín, visita que se interpretó como un levantamiento parcial de las sanciones impuestas por Washington a Pekín en junio pasado.

"Flagrante injerencia"

Además de considerar esta votación como una "flagrante injerencia en los asuntos internos" de la República Popular China, el portavoz gubernamental advirtió que si el Senado norteamericano confirma (como se esperaba esta madrugada) el mismo voto que la Cámara de Representantes, y que haría efectiva la revocación del veto presidencial, "Estados Unidos será responsable de todas las consecuencias que se deriven", consecuencias que no quiso precisar.Tras el aplastamiento en Pekín el pasado 4 de junio, del movimiento democrático que había surgido a mediados de abril, y que dejó centenares de muertos en los alrededores de la plaza de Tiananmen, y su consiguiente represión en todo el país, el Congreso estadounidense aprobó un proyecto de ley por el que se permitía a los más de 35.000 estudiantes chinos en Estados Unidos solicitar la residencia en ese país con el fin de evitar posibles persecuciones de las autoridades chinas al volver al término de su estancia estudiantil.

Bush, con el argumento de que esa ley dañaría aún más las relaciones entre los dos países, de que China tomaría represalias y podría suspender futuros acuerdos de intercambio cultural y académico y de que no era conveniente para los intereses estadounidenses aislar a Pekín, vetó el proyecto de ley, pero dictó unos decretos administrativos que garantizaban a los estudiantes chinos la continuidad de su permanencia en Estados Unidos, según insistió hasta última hora ante los representantes.

El Gobierno chino, hace una semana, aseguraba que ningún estudiante chino en el extranjero sería perseguido a su vuelta al China por su apoyo al movimiento a favor de la democracia.