La 'cumbre' de Túnez quiere dar un contenido político y económico a la unión del Magreb

GEORGINA HIGUERAS, ENVIADA ESPECIALLa primera sesión del Consejo de la Unión del Magreb Árabe (UMA) comienza hoy en Túnez con la ausencia, prácticamente segura, del presidente de Mauritania, Uld Taya, debida a la muerte de su esposa el martes pasado. La capital tunecina se ha vestido de gala para recibir a los líderes magrebíes, que tratarán de dar un contenido político y económico a la unión de Marruecos, Argelia, Libia, Mauritania y Túnez.

El país anfitrión intentará convencer a los restantes de la conveniencia de establecer en Túnez la secretaría permanente de la UMA. "Actuar juntos, hablar con una sola voz es darle a nuestra presencia, a nuestra posición, mucho más peso", afirmaba ayer para destacar la importancia de consolidar la UMA, el editorial del diario Le Renouveau, órgano de difusión de la gobernante Agrupación Constitucional Democrática de Túnez (RCD).La decisión de Mauritania, el pariente pobre de la UMA, de estar representada por el ministro de Asuntos Exteriores, Sidi Ahmed Uld Baba, causó un claro descontento en Túnez, que ha hecho un enorme esfuerzo diplomático por suavizar las tensiones precedentes a la cumbre, que fue pospuesta en dos ocasiones. A última hora de ayer ninguna delegación quería confirmar oficialmente la ausencia del presidente mauritano.

Con casi seis millones de kilómetros cuadrados de extensión y 60 millones de habitantes, Libia, Túnez, Argelia, Marruecos y Mauritania han buscado una unión, con distintas fórmulas bilaterales, casi desde el momento en que los cinco países accedieron a la independencia en los años 50 y 60. Pero la primera base sólida, englobando a los cinco, se puso en febrero del año pasado en Marraquech, con la fundación de la UMA.

"Política, moral y objetivamente es preferible basarse sobre aquello que nos une", declaró el rey de Marruecos, Hassan II, antes de llegar ayer a Túnez. Con estas palabras, el monarca alauí instaba a todos los miembros de la UMA a tener "voluntad política con la que resolver los problemas que se prensenten en el desarrollo de este mercado común del norte de Áfi-ica".

Unidad árabe

El líder libio, Muainmar el Gaddafi, el dirigente más conflictivo de la UMA -ya que tan pronto quiere establecer una confederación con Marruecos o Túnez como se inclina hacia su vecino Egipto, por el que siente una marcada debilidad-, se presentó en la capital tunecina el sábado, un día antes de lo anunciado.

Para Muammar el Gaddafi, que antes. de participar en la cumbre ha querido mejorar sus deterioradas relaciones con Túnez, la unión del Magreb "ha de ser un paso en el camino de la unidad global árabe"

La cumbre de la UMA se realiza en un momento en que los líderes norteafricanos ven con profunda preocupación una Europa sin fronteras y cómo se desplaza el interés de la CE, su principal socio económico, hacia la Europa del Este.

Desde las clases intelectuales magrebíes crecen las voces que exigen un replanteamiento de la estrategia económica de la región. En la actualidad, el comercio intermagrebí apenas alcanza el 1 % del total. De ahí que los defensores a ultranza de la UMA pidan que el proceso de integración de la región sea a la inversa que el de la CE, es decir, que se comience por la libre circulación entre los cinco países de hombres y de bienes. La integración política vendría después, una vez que el intercambio de ideas y el flujo comercial y humano rompiera la desconfianza tan profundamente arraigada entre los dirigentes políticos.

El presidente tunecino, Zine al Abidine Ben Afi, ofreció anoche una cena informal a sus homólogos de Argelia, Marruecos y Libia.