Un médico, acusado de imprudencia dice que un aparato de rayos es como un microondas

El radiólogo Antonio Falcó Pujol, juzgado ayer en la Audiencia de Barcelona por un supuesto delito de imprudencia temeraria, hizo una comparación del funcionamiento de los aparatos de radiaciones ionizantes con los microondas domésticos. En junio de 1985, Inmaculada Llobé, de 23 años, acudió a la consulta del acusado para someterse a un tratamiento de radioterapia para eliminar unas verrugas en los dedos de ambas manos. De resultas de las 12 sesiones que recibió, la joven sufrió quemaduras de segundo grado y actualmente tiene serias secuelas y está de baja laboral desde hace años.La joven, que acababa de licenciarse en Biológicas, ha sido operada 12 veces a consecuencia de las lesiones derivadas de las radiaciones. Junto con el médico fue juzgada Montserrat Esteve, acusada de un delito de usurpación de funciones, al realizar trabajos de enfermera cuando era auxiliar de clínica, y otro de imprudencia, por los que el fiscal pidió seis meses de prisión y dos de arresto. Para el médico, la petición fue de seis meses de prisión y otros seis de arresto.

Ésta es la segunda ocasión en que el facultativo es juzgado. En 1987, Falcó fue condenado a seis meses de arresto por un hecho similar con resultado de lesiones a una pacienta a la que se tuvo que amputar un pie.