El aborto en Rumanía

En la primera edición del telediario del 8 de enero, hemos visto un reportaje sobre la salida de niños huérfanos de Rumania hacia otros países europeos donde habían sido adoptados.Me parece que esta noticia de carácter humanitario ha sido manipulada al explicar que estos huérfanos eran niños abandonados, porque sus madres no podían mantenerlos, ya que el aborto y los anticonceptivos estaban penalizados en Rumanía. Una medida más de la megalomanía del dictador Ceaucescu, que quería incrementar la población de su país de 22 a 30 millones de habitantes a final de siglo.

La política natalista de Ceaucescu, en lo que tiene de estatalismo, me parece deplorable, porque la decisión sobre el número de hijos depende de la misma naturaleza y de la responsabilidad de los padres, no de un jefe de Estado o de un determinado régimen político.

Sin embargo, admitiendo esta premisa, la citada noticia comporta cierto mensaje subliminal a favor del aborto y la píldora, despenalizados recientemente en Rumanía. La solución en casos extremos al no poder mantener a un hijo más -habría que ver cuántos son realmente- no está, desde luego, en el aborto y los anticonceptivos, sino en casos graves en la regulación natural de la natalidad. En Rumanía, probablemente la raíz de la cuestión sea la falta de recursos de una población diezmada económicamente por un sistema colectivista y estalinista.-