Las drogas de 'diseño' utilizadas para tratar de 'vivir sin dormir'
Sobre los efectos del éxtasis hay una literatura abundante y a la vez contradictoria. "Los consumidores experimentan sensaciones de bienestar, de tranquilidad, y toman conciencia de la capacidad de amar". La cita se recoge en el trabajo del psiquiatra Andrés Roig-Traver, premiado en un reciente congreso sobre toxicomanías. Pero también se cita otra: "El éxtasis puede lesionar el sistema nervioso, probablemente de forma irreversible". El autor del estudio asegura que las denominadas drogas de diseño son utilizadas por adolescentes para acercarse al ideal de "vivir sin dormir".
"Éxtasis, ¡acertado nombre para una sustancia de cuyas acciones se cuentan prodigios!", figura en la introducción del estudio. Su autor, el psiquiatra valenciano Andrés Roig-Traver, de 35 años, aporta como ejemplo diversas informaciones que han sido publicadas en diarios norteamericanos: "Esta sustancia tendría capacidad casi milagrosa para romper la incomunicación y consolidar vínculos afectivos y tiene el increíble poder de lograr que las personas confíen unas en otras, desterrando los celos y rompiendo las barreras que separan a los amantes, al padre del hijo y al terapeuta del paciente".En su opinión, la profusión informativa, no contrastada científicamente, sobre la píldora del amor se ha producido en paralelo a la difusión de su consumo. "Los profesionales relacionados con usuarios de drogas ilegales comprueban día a día la creciente disponibilidad de éxtasis en el mercado negro, así como de otras sustancias de síntesis, bastantes similares y de composición generalmente desconocida. Entre ellas, la mescalina, fantasía y speed".
Las drogas de diseño también presentan otra novedad: la no dependencia de los países productores para su fabricación. "Al no ser necesario ningún tipo de alcaloides vegetales, la síntesis se produce a partir de productos químicos que permiten su elaboración con sólo disponer de los conocimientos químicos necesarios".
Dependencia distinta
Estas drogas, en opinión de Roig-Traver, se consumen de forma ocasional por un nuevo tipo de consumidores, los usuarios experimentales o recreativos que persiguen los efectos estimulantes de excitación y euforia que producen para acercarse a un ideal cada vez más compartido por muchos adolescentes: aguantar la noche del viernes, la del sábado, o ambas, sin dormir."A pesar de la difusión progresiva del consumo de estas nuevas sustancias, curiosamente, para los profesionales la información científica disponible en lengua castellana es casi inexistente", añade el psiquiatra, ganador del premio convocado por unas recientes jornadas sobre toxicomanías que se celebraron en Valencia, organizadas por Socidrogalcohol.
El éxtasis, cuyo nombre farmacológico es 3-4 metilendioximetanfetamina (MDMA), es un compuesto con ligeros efectos anfetamínicos y alucinógenos con una peculiaridad: no conduce a la misma dependencia que las drogas consideradas adictivas, como el alcohol o la heroína. Según el psiquiatra, los efectos subjetivos se presentan a partir de dosis de 50 miligramos.
Deseo sexual
Con dosis superiores a 150 miligramos suelen producirse efectos adversos, según el informe. El 10% de los consumidores experimenta diferentes trastornos, siendo los más frecuentes sudoración, tensión mandibular, así como visión borrosa, náuseas y ansiedad. El psiquiatra valenciano explica su uso en razón de los cambios en los sentimientos y en las emociones del consumidor, así como aumento de la comunicación y comprensión.Curiosamente, a pesar de ser conocido como droga del amor, el éxtasis no parece incrementar ni el deseo sexual ni la excitación en la mayoría de sujetos, como propiamente correspondería a un afrodisiaco. "Sin embargo", apunta el trabajo, "tanto en varones como en mujeres el éxtasis podría incrementar los aspectos sensuales de la relación sexual, al incrementar el sentimento de vinculación emocional".
Roig-Traver señala que en Estados Unidos existe confirmación toxicológica de al menos ocho muertes provocadas por el éxtasis. "Los estudios en animales sobre toxicidad de esta sustancia evidencian que la muerte se produce tras una gran agitación que evoluciona progresivamente hacia un estado convulsivo que se mantiene hasta el fallecimiento".
El MDMA fue sintetizado en diciembre de 1912 por una conocida compañía alemana farmacéutica como supresor del apetito, aunque nunca fue comercializado.
En España, el éxtasis suele encontrarse en cápsulas blancas o transparentes o en comprimidos de color rosa, verde o blanco. Las dosis se adquieren por 5.000 pesetas. En 1988 se requisaron en España alrededor de 300 dosis, fundamentalmente en las zonas mediterráneas. En 1989 la cifra puede superar las 6.000 cápsulas.
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