Petición de 400 años para dos jóvenes acusados de violar disfrazados de guerreros 'ninjas'
El fiscal solicitó ayer 400 años de prisión para Juan Miguel Fernández Dorado y Salvador Marín Baldío, acusados de nueve delitos de violación, abusos deshonestos y robo con intimidación. Los dos jóvenes, que fueron juzgados en la Audiencia de Barcelona, solían atacar a sus víctimas disfrazados de guerreros ninjas japoneses, porque de esa manera conseguían "emociones fuertes", según explicaron al ser detenidos.
Con vestidos totalmente negros, encapuchados y empuñando distintos tipos de armas blancas de grandes dimensiones, los violadores ninjas se dirigían a descampados que solían ser frecuentados por parejas. Todos los ataques, cinco en total, se llevaron a cabo entre febrero y mayo de 1988 en las proximidades de Sabadell, ciudad próxima a Barcelona donde viven los dos procesados.Siempre utilizaban el mismo método; se acercaban a un coche ocupado por una pareja, rompían un cristal y amenazaban con el arma a los ocupantes. Después les amordazaban y maniataban y mientras uno de ellos vigilaba al hombre, el otro violaba a la mujer, tanto por vía vaginal como anal. La misma agresión era repetida por el segundo.
Los acusados reconocieron ser autores de los delitos en sus primeras declaraciones. No obstante, uno de ellos, Fernández Dorado, negó ayer ante el tribunal las acusaciones. El juicio se celebró a puerta cerrada a petición de las víctimas.
En todas las ocasiones, los atacantes robaban el dinero y objetos de valor que encontraban y antes de fugarse pinchaban algún neumático del vehículo para evitar ser perseguidos. "La experiencia fue horrible", contaba ayer uno de los jóvenes víctima de los ataques. "Nosotros [su novia y él] estábamos en el asiento trasero del coche cuando algo rompió el cristal de delante. No pudimos verles la cara porque iban encapuchados y vestidos totalmente de negro. Nos obligaron a salir, luego nos maniataron y a ella le volvieron a meter dentro para violarla". Este joven, de 22 años, afirma que desde entonces tanto él como ella acuden a la consulta de un psicológico. En el caso de esta pareja, la agresión provocó la ruptura del noviazgo.
Todas las violaciones tuvieron lugar en un período de tiempo corto, aunque algunas de ellas no fueron denunciadas en un principio por las víctimas ante las amenazas de los agresores. Finalmente, la detención se llevó a cabo el 5 de junio de 1988 por dos policías que, al igual que las víctimas asaltadas, acudieron camuflados a un paraje descampado. Los inspectores fueron a un bosque cercano a Sabadell y aguardaron dentro del vehículo.
Sin antecedentes
Ninguno de los dos acusados tenía antecedentes antes de ser detenidos y ambos trabajaban. Marín tenía entonces 21 años y Fernández Dorado, 17. El defensor de Marín solicitó al tribunal que aplicase la eximente incompleta de enajenación mental. La petición se fundamentó en un informe psiquiátrico de Marín, que lo califica como psicópata con personalidad esquizoide. El abogado de Fernández Dorado pidió la libre absolución por entender que su cliente no participó en los hechos. El fiscal no consideró ningún atenuante.
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