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Moscú envía tropas a la frontera iraní para hacer frente a los disturbios en Nejichevan

URSS ha enviado tropas para reforzar la frontera con Irán y hacer frente a la violencia desatada en los últimos días en la región azerbaiyana de Nejichevan, en donde la población exige la apertura de la frontera para poder visitar a sus familiares en las poblaciones fronterizas iraníes y la restauración de los antiguos lazos políticos y culturales entre los azerbaiyanos de ambos lados de la frontera irano-soviética.

Funcionarios del Kremlin indicaron que miles de personas enfurecidas destruyeron las torres de vigilancia, los sistemas de alarma y las alambradas a lo largo de cientos de kilómetros de frontera. El portavoz del ministerio soviético de Asuntos Exteriores, Guennadi Guerasimov, dijo que el conflicto es un asunto interno de la URSS y no concierne a Irán. El Gobierno de Teherán ha expresado su preocupación.Las informaciones oficiales dicen que los brotes de protesta, que ya se han cobrado un muerto, se han centrado en la república autónoma de Nejichevan, una región de Azerbaiyán que comparte unos 160 kilómetros de frontera común con Irán y que permanece cerrada a los periodistas occidentales. El jefe de los guardias fronterizos de la región, I. Petrovas, declaró a Izvestia que los disturbios amenazan con extenderse a lo largo de los 800 kilómetros de frontera iranosoviética. Añadió que algunos brotes de violencia se han producido ya en Zangelansky, Aushkinsky y Lenkoran, al este de Nejichevan y junto al mar Caspio.

Según informaciones publicadas por el citado diario, un grupo identificado como Frente Popular de Nejichevan comenzó la protesta en el segmento fronterizo de esa región para pedir la unión con el vecino "Azerbaiyán del sur", que actualmente forma parte de la provincia iraní de Azerbaiyán, en el rincón norte del país, y constituir el "gran Azerbaiyán". A mediados de diciembre los activistas azerbaiyanos lanzaron un ultimátum a Moscú para desbloquear los pasos fronterizos para el 31 de diciembre. Noticias llegadas a Moscú indican que los líderes extremistas no estaban conformes con las concesiones de las autoridades soviéticas, entre las que se cuenta la apertura limitada de fronteras para que la población pueda visitar las tumbas de sus familiares en Irán.

Según los guardias fronterizos soviéticos, unas 7.000 personas lanzaron gritos de "abajo el y "que imperio soviético" y "queremos la reunificación con Irán".

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