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El año más sangriento de la M-30

1989 ha sido el período con más accidentes mortales en la vía de circunvalación de Madrid

Juan Antonio Carbajo

Está a punto de terminar el año más sangriento que ha tenido la M-30 desde que se inauguró en 1975. Hasta el 10 de diciembre, 38 personas habían perdido la vida en alguno de los 751 accidentes de tráfico registrados en sus 18 kilómetros. Los fallecimientos sobrevinieron tras chocar contra objetos fijos, entrar en colisión con otros vehículos o por cruzar esta carretera, que, según afirma la Policía Municipal, se toma por una autopista, a pesar de que está plagada de semáforos, continuas y peligrosas incorporaciones, pilares de puentes y calzadas de servicio intermitentes.

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La M-30 se ganó pronto el apelativo de autopista de la muerte. Al año de su apertura, en 1976, y cuando aún se la conocía como avenida de la Paz, los vecinos la bautizaron con ese morboso sobrenombre a la vista de los continuos accidentes, especialmente atropellos, que se producían en su trazado. La M-30 nació sin considerar que los vecinos de los barrios limítrofes tenían que cruzar la avenida, y con un importante punto negro, el puente de los Tres Ojos, donde se reducía la capacidad de la calzada de cinco carriles a dos.Hoy el puente de los Tres Ojos, tras la ampliación a la que fue sometido en 1984, ha dejado de ser un lugar especialmente peligroso, aunque ha encontrado un digno sucesor: el nudo sur. Este enlace, inaugurado a finales de 1985, y sus aledaños es uno de los tres tramos donde más accidentes mortales se han producido este año. "En esta zona se producen muchos cambios bruscos de carril, ya que los conductores no se sitúan con antelación en la calzada debida", afirma un miembro del equipo de investigación de accidentes de la Policía Municipal. "Unos porque no conocen la vía y se pasan la señalización. Pero hay otros, usuarios habituales, que apuran hasta el último momento en el carril más rápido para luego dar el volantazo", explica.

El tramo comprendido entre los puentes de Toledo y Segovia, a la altura del estadio del Manzanares, es un punto negro reincidente desde que se abrió la M-30. La policía no encuentra otra justificación que los semáforos, cuya desaparición se lleva prometiendo en vano desde hace años. "Aunque está limitada la velocidad, se circula muy deprisa por este punto y es fácil encontrarse con el semáforo cerrado y varios vehículos parados", explica el equipo de investigación. "Alguno está a la salida de una curva".

Entre los puentes de la calle de Sainz de Baranda y el de la carretera de Valencia también se han concentrado buen número de los accidentes mortales de 1989. "Aunque por el número de siniestros de este año hay que considerarlo como un punto negro, en determinadas zonas esta consideración es muy variable", según explica el experto policía.

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Cruce de "tijera'

"En la M-30 hay puntos muy peligrosos en los que no se han producido muertos, aunque sí múltiples colisiones". Y cita el cruce de tijera entre la salida hacia la estación de Chamartín con la incorporación procedente de la avenida de Pío XII y las entradas desde la N-II, que están apenas a 100 metros de la salidas.

No son los únicos problemas. Al no ser continuas las calzadas de servicio, el conductor se ve obligado a realizar varias maniobras de incorporación. Muchos accidentes mortales han sobrevenido al tratar de esquivar a un vehículo que accedía muy lento o muy rápido. La señalización es complicada y propicia frenazos bruscos y volantazos para no pasarse la salida. Hay además un importante tráfico de vehículos pesados, que son presa fácil de accidentes, además de una de las principales causas de retenciones. "Los camioneros entran en la M-30 conduciendo como si siguieran en una autopista y de pronto se encuentran con un atasco", afirma el agente.

Ocho peatones

De los 38 fallecimientos registrados este año, 20 se produjeron cuando las víctimas impactaron contra un objeto fijo. Generalmente el accidente sobreviene tras perder el control del vehículo al realizar una maniobra brusca. Diez personas murieron al colisionar con otro vehículo.

Ocho peatones fueron arrollados cuando cruzaban indebidamente. La mayor parte de éstos intentaban atravesar la calzada en algún punto del tramo comprendido entre el puente de Vallecas y el de la Estrella.

La Policía Municipal no descarta que se haya producido algún caso de suicidio. Quizá eso explique que desde hace varios años sean cada vez más frecuentes los golpes frontales contra el centro del pilar del puente de la Princesa, situado en medio de los carriles centrales de la vía.

Pero lajustificación más recurrente sobre la mortalidad en la M-30 es la gran afluencia de vehículos que ruedan por ella tanto de día como de noche. Su intensidad media ha crecido desde los 145.000 vehículos de 1980 a los 200.000 -360.000 en días punta- de este año. Hace una década se produjeron 291 accidentes de tráfico en su perímetro, con 327 heridos y 11 muertos. El balance provisional de este año arroja ya 562 heridos y 38 muertos en 751 accidentes registrados. La velocidad indebida -la policía tiene fotos de vehículos circulando a 180 kilómetros por hora- y la poca consideración a la distancia de seguridad están detrás de la mayor parte de los siniestros. Pero, como dice el policía, "si se respetara la distancia de seguridad no cabrían tantos coches en la M-30".

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