Castaños peligrosos
Las declaraciones de doña Esperanza Aguirre (EL PAÍS, 9 de diciembre de 1989), concejala de Medio Ambiente en el Ayuntamiento que preside el señor Rodríguez, son alarmantes, ya que demuestran su notable insuficiencia en la materia.
1. La introducción en las calles de castaños de Indias o de madroños es peligrosa. Las semillas del primero (también conocidas como castañas locas) son tóxicas y en los frutos del madroño parecen haberse detectado componentes alucinógenos.
2. Las podas son imprescindibles, cuando menos, para eliminar las ramas secas, salvo que se prefiera que se caigan por sí, deslomando al sufrido viandante.
3. Consultar a expertos extranjeros es, en este caso, no tan sólo innecesario, sino un auténtico desaire a la brillante tradición jardinera madrileña, creada por técnicos procedentes de todas las regiones (Pascual y Colomer, Lucas de Tornos, Celedonio Rodrigáñez, Romualdo Aguado, García Mercadal, Cecilio Rodríguez, Herrero Palacios, Ramón Ortiz, Pita Romero, etcétera).
La historia data -en continuidad- de los tiempos de Isabel II. Madrid heredó un Retiro medio asolado (fue vivac napoleónico) y poco más. Es decir, todo se ha hecho en poco más de un siglo, advirtiendo que en ese todo se insertan la Castellana, el parque del Oeste, el Campo del Moro, los jardines de Sabatini, las dos rosaledas, etcétera, lo cual evidencia que los ingenieros, arquitectos y jardineros que los idearon trabajaron fuerte y bien, ya que todo subsiste. Pero es que, además, cuantos se han citado y sus equipos indagaron pacientemente para repoblar las plazas, calles o avenidas con aceptables resultados, plantando en cada lugar lo cultivable con éxito, y por ello en unas predominan los plátanos de sombra; en otras, las acacias o las pumilas, o en alguna, los pinos e incluso las moreras.
En consecuencia, lo prudente es seguir las normas de quienes verdaderamente saben y lo han podido demostrar.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.