La acusación sostiene que Demetrio Madrid vendió fraudulentamente su empresa

Ayer quedó visto para sentencia el juicio seguido en el Tribunal Superior de Justicia, en Burgos, contra Demetrio Madrid, ex presidente de la Junta de Castilla y León, acusado de un delito social por la supuesta venta fraudulenta en 1985 de una empresa textil. La acusación y el ministerio fiscal pidieron cinco y tres meses, respectivamente, de arresto mayor y multa de 39.000 pesetas. La defensa, la absolución.

En sus informes, la acusación y el ministerio fiscal coincidieron en calificar la transacción como un contrato de venta fraudulenta efectuada por Demetrio Madrid -a la sazón presidente de la autonomía- con la intención de salvaguardar su imagen pública. La defensa rechazó esta hipótesis sosteniendo que Madrid intentó en todo momento mantener los puestos de trabajo a pesar de los grandes costes económicos y políticos que conllevaba.El juicio, iniciado el pasado lunes, finalizó ayer tras unas exhaustivas sesiones en las que prestaron declaración los tres procesados, Demetrio Madrid, su hijo Adolfo y el empresario zamorano Esteban Cisneros, así corno una decena de testigos, en su mayoría trabajadoras de Pekus -la empresa en cuestión- que describieron la situación del negocio antes y después de la venta.A lo largo del juicio, los abogados de ambas partes han tratado de demostrar si detrás de la venta estuvo o no Demetrio Madrid y si ésta fue real o simulada. Para la acusación y el ministerio fiscal, el contrato de compraventa fue fraudulento.

Demetrio Madrid manifestó al término del juicio hallarse esperanzado con la sentencia, que a su juicio sólo puede ser absolutoria, "ya que no he cometido ninguna falta y menos un delito". Demetrio Madrid, que dimitió de la presidencia nada más conocerse su procesamiento, señaló que su intención al dimitir fue "recobrar la imagen del político que no se aferra a su condición excepcional para resolver sus problemas personales".