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Tres violadores, condenados a 42 años de cárcel ante la falsedad de su coartada

La Audiencia Provincial de Madrid el ha condenado a 42 años de cárcel a cada uno de los tres jóvenes que violaron sucesivamente a una muchacha de 20 años, a la que deberán pagar cinco millones de pesetas por daños morales. El tribunal otorga gran credibilidad al testimonio de la víctima y advierte la falsedad de la coartada de los autores, encaminada a demostrar que "más bien fue ella quien nos violó a los tres", como dijo uno de ellos.

Los hechos declarados probados por la sala ocurrieron en la madrugada del 5 de diciembre de 1987, cuando la joven O. L. N. B. abandonó una reunión de cumpleaños para dirigirse a su domicilio y fue abordada por dos hermanos y otro joven. Tras cruzar unas palabras con la víctima, la introdujeron en un coche y la llevaron a la madrileña Casa de Campo, en donde los tres la penetraron vaginalmente y uno de ellos además analmente, entre otros abusos sexuales. Abandonada a las 6,15 horas, la joven -que logró retener la matrícula del coche- denunció los hechos en comisaría, donde horas antes su padre había denunciado su desaparición.

Violadores atípicos

Los tres condenados, sin antecedentes penales y dos de ellos padres de familia, no responden a la imagen del violador típico, por lo que es de resaltar la credibilidad dada por el tribunal a la víctima, según su abogada, Luz Almeida, miembro de la Asociación de Asistencia a Mujeres Violadas. Almeida señaló que esta sentencia debe animar la actitud de denuncia de las mujeres, a veces influidas por fallos que favorecen la imagen de impunidad de los violadores.A petición de esta letrada y para no perjudicar a las familias de los condenados, los tres en prisión desde hace dos años, sólo publicamos sus iniciales. Se trata de los hermanos S. B. F. mecánico de 23 años, y D. B. F., albañil de 32, así como F. J. B. P., de 31 años, dedicado a la construcción. El tribunal razona que en estos delitos, que suelen cometerse en secreto, debe darse especial valor a "la declaración acusatoria de un único testigo, aún cuando éste haya sido la víctima del hecho", así como a la prueba indirecta o de indicios, "so pena de dejar impunes tales delitos en la inmensa mayoría de los casos".

La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Nicolás Díaz Méndez, convierte la falsa coartada de los tres jóvenes en indicio de su responsabilidad criminal. La sala llega a esta conclusión al analizar la declaración de testigos que aparecen preparados o con una memoria insólita en su afán de respaldar la pretendida coartada de los tres violadores.

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