El exceso de velocidad y un volantazo de Martín para esquivar un charco de agua, probables causas del suceso
El exceso de velocidad y un volantazo para eludir un charco de agua fueron las causas probables, según expertos en accidentes, de que Fernando Martín perdiera el control de su Lancia V8-32 -el más alto de la gama Thema-, se llevara por delante seis árboles, destrozase cinco metros de pretil e invadiera la calzada de sentido contrario de la vía de circunvalación madrileña M-30. Ricardo Delgado, el conductor del Opel Kadett contra el que se estrelló de frente, vio cómo el coche del baloncestista se le echaba encima y dejó una marca de frenada de casi 25 metros en el asfalto. Ambos llevaban puestos los cinturones de seguridad y los neumáticos de sus automóviles estaban en perfecto estado. Desde enero de 1985 hasta octubre de 1989 se produjeron 3.789 colisiones en esa carretera. En ellas 109 personas resultaron muertas y 2.685 heridas.
Aunque no se ha hecho público el informe técnico elaborado por la Policía Municipal para remitírseloal Juzgado número 11 de Madrid, que es el que lleva el caso, testigos presenciales del suceso corroboraron la tesis expuesta, según la cual Martín debía de ir conduciendo su Lancia a unos 120 o 130 kilómetros por hora -el límite permitido en la M-30 es de 90- cuando, al tratar de esquivar el charco profundo, perdió el control y fue a colisionar con el Opel de Delgado a pesar del frenazo de éste.
El vehículo de Martín, cuyo precio de venta al público se aproxima a los ocho millones de pesetas, cuenta con las últimas innovaciones técnicas, entre las que destaca un motor Ferrari en V de ocho cilindros, con cuatro válvulas cada uno, que desarrolla una potencia de 215 caballos y puede alcanzar los 240 kilómetros por hora. Su aceleración es tal que llega a los 100 en tan sólo 6,8 segundos. Está dotado con cuatro frenos de disco, los delanteros ventilados y los traseros con un diámetro de 251 milímetros, completados con el sistema ABS o antibloqueo. La dirección es de cremallera y asistida y tiene un endurecimiento progresivo en función de la velocidad.
La M-30 es una carretera negra debido al número de accidentes que registra. En 1985 se produjeron 629, con 484 heridos y 20 muertos; en 1986, 762, con 522 y 21; en 1987, 871, con 545 y 24; en 1988, 870, con 630 y 28, y en 1989, hasta el 31 de octubre, 657, con 504 y 16. Así, pues, los totales en este período son de 3.789, 2.685 y 109, respectivamente.
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