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Edén Pastora regresa al Nicaragua tras ocho años de exilio

Antonio Caño

Edén Pastora regresó ayer a Nicaragua después de ocho años de exilio, decidido a reincorporarse a la política activa con las únicas armas de su leyenda y una desmedida pasión por su propia independencia.

ENVIADO ESPECIAL

Contra sandinistas y contra la oposición, contra Estados Unidos y contra Cuba, Pastora prometió luchar solo, o casi solo, por la democracia, la libertad y la recuperación de los mejores valores de la revolución a la que él contribuyó decisivamente.En el aeropuerto Augusto César Sandino de la ciudad de Managua apenas había dos centenares de personas cuando el avión de Aeronica procedente de Costa Rica tomó tierra a las 8.20 de una mañana de sol infernal.

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El para siempre Comandante Cero entró en la oficina de emigración para firmar, como cualquier otro exiliado político, el documento por el que niega toda implicación en actividades armadas contrarrevolucionarias. A continuación, entregó al oficial correspondiente el pasaporte nicaragüense que hace pocos días le fue concedido en San José de Costa Rica, su lugar de residencia en los últimos años, por un ministro del Gobierno sandinista.

La modesta comisión de bienvenida estuvo encabezada por el candidato a la presidencia por el Partido Social Cristiano (PSC) Erick Ramírez, quien desfiló junto a Pastora en el coche descubierto que recorrió durante casi dos horas los principales barrios de la capital.

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Una charanga musical y un par de camiones con militantes del PSC animaron el recorrido y repitieron vivas al comandante que, con su toma del Palacio Nacional en 1978, asomó la revolución sandinista a los ojos del mundo. Sorprendidos de lo que veían -ni el diario sandinista, Barricada, ni el periódico de la oposición, La Prensa, informaron de la llegada de Pastora-, mucha de la gente con la que se cruzó la caravana señalaba a este hijo pródigo sin acabar de creerse que cero volvía a cabalgar por las calles de Managua.

Empieza así Edén Pastora un difícil retorno a la sociedad civil. Acostumbrado a hacerse oir a punta de fusil, son toda una incógnita sus posibilidades de éxito.

Oficialmente, va a apoyar la campaña del socialcristiano Ramírez, que no tiene ninguna opción de victoria, pero todos saben que, a la larga, Pastora sólo apoyará a Pastora.

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