El Constitucional reconoce el ascenso a general del jefe del ejército republicano

El Tribunal Constitucional ha reconocido el empleo de general al jefe del Estado Mayor del Ejército de la República, Vicente Rojo Lluch, fallecido en 1966. La resolución admite la legalidad del decreto de ascenso al generalato de Vicente Rojo, firmado el 21 de octubre de 1937 por el entonces ministro de Defensa, Indalecio Prieto y por el presidente de la República, Manuel Azaña.

El general Rojo, reorganizador del Ejército republicano y uno de sus principales estrategas, jugó un papel fundamental en la defensa de Madrid y en batallas como las de Belchite y Teruel, como consecuencia de lo cual recibió la principal distinción de la República: la Placa Laureada de Madrid. Exiliado en Francia, Argentina y Bolivia, donde fue profesor de la Escuela Oficial de Guerra, regresó a España en 1957 y fue sometido a Consejo de Guerra.

El régimen franquista sólo reconoció a Rojo el empleo de comandante, que era el que tenía el 18 de julio de 1936, cuando se mantuvo fiel al Gobierno constitucional. La pensión que hasta su muerte en 1986 percibió su viuda, Teresa Fernández Muñoz, fue la correspondiente a ese empleo. Sus siete hijos, apoyados por la Asociación de Militares de la República, han pleiteado desde entonces para conseguir la rehabilitación plena de su padre con carácter póstumo.

La decisión del Constitucional, que fue comunicada el pasado lunes a la familia de Rojo por el subsecretario del Ministerio de Defensa, Gustavo Suárez Pertierra, le reconoce el empleo de general, pero no el de teniente general, obtenido en 1939, ya que éste fue suprimido por ley en 1931. Vicente Rojo Fernández, hijo del militar, expresó ayer su satisfacción por las "consecuencias morales" de la decisión. "No lo hemos hecho por el huevo, sino por el fuero", agregó.