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Los militares, ausentes por vez primera del congreso del FLN argelino

El congreso extraordinario del Frente de Liberación Nacional (FLN) comenzó ayer en Argel con una serie de acalorados debates entre reformistas y los partidarios del inmovilismo, ausencia de delegados militares por primera vez en la historia del partido y una expulsión temporal de la Prensa extranjera.

El congreso del que hasta el pasado febrero había sido partido único en Argelia será clausurado mañana con una definición de su postura ante el proceso de reformas democráticas emprendido por Chadli Benyedid, presidente de la República, y por el propio FLN.Entre los delegados presentes bajo la gran cúpula futurista del estadio Cinco de Julio destacaba ante todo la ausencia de uniformes militares. Un año atrás, en el 6º congreso del FLN, los militares había constituido el 30% de la asistencia, pero tras la aprobación en febrero de una nueva Constitución liberal las fuerzas armadas anunciaron su total retirada de la vida política argelina.

En la tribuna de honor se sentaron Chadli Benyedid y el también reformista Abdalhamain Mehri, secretario general del partido. En las dos primeras filas del patio de butacas estaba la vieja guardia, y a su frente, Kasdi Merbah, Taleb Ibrahimi y Cherif Mesabía. Tras ellos, todos los cuadros de un partido que lo ha sido todo en Argelia y ahora está dividido entre su respeto y su temor al presidente Benyedid y su disgusto por el proceso de cambio democrático.

Se interpretó el himno nacional, Mehri comenzó la lectura del orden del día, y al llegar al cuarto punto, la ampliación del comité central, estallaron los murmullos, los gritos de protesta y los aplausos. Unos, los inmovilistas, afirmaban que un congreso extraordinario no está capacitado para alterar la composición del comité central. Otros, los reformistas, decían que sí. Un espontáneo accedió a un micrófono y exclamó: "Toda la base militante apoya al presidente. Sólo él es intocable; todo lo demás debe cambiar".

En medio de tal algarabía, el servicio de orden expulsó a los periodistas extranjeros, afirmando que muchos delegados decían que los trapos sucios deben limpiarse en casa. Tras un cuarto de hora en los pasillos, el propio portavoz de la presidencia de la República hizo volver a los informadores al congreso. El hombre de Benyedid dijo: "Son los nostálgicos de los viejos tiempos los que no desean su presencia, pero el presidente no quiere ocultarles a ustedes nada".

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