La policía busca huellas dactilares en la parte del coche no quemada, por los terroristas de ETA

El Cuartel General del Ejército de Tierra aumentó las medidas de seguridad en torno a su sede -ubicada en la plaza de Cibeles, en Madrid- pocos días antes del atentado que el viernes provocó la muerte al teniente coronel José Martínez Moreno y causó heridas graves al soldado Alfonso Cobertera. Por otro lado, la policía analiza actualmente el automóvil que utilizaron los terroristas en dicho atentado, que fue posteriormente abandonado, en busca de las huellas dactilares de los activistas. Sus ocupantes intentaron infructuosamente quemar el vehículo, un Renault 9.

Las medidas de vigilancia del Cuartel General del Ejército se reforzaron hace escasos días, a raíz de que uno de los vehículos, sospechosos de ser utilizados por ETA fuera visto merodeando por los alrededores del edificio, según fuentes militares. El Cuartel, al igual que otros organismos públicos, recibe regularmente una relación de vehículos robados, que Interior cree pueden estar en poder de ETA.El edificio del Estado Mayor del Ejército, de donde salió el teniente coronel asesinado, está protegido por la Policía Militar, pero cuenta también con la vigilancia de guardias civiles de paisano. Después de que fuese detectado uno de los coches sospechosos por los alrededores del Cuartel, se preparó un sistema para interceptarlo, pero el vehículo no volvió a acercarse. Las fuentes informantes no pudieron concretar si dicho automóvil fue el empleado en el crimen.

Este vehículo era ayer analizado por la policía, que examinaba la parte que se salvó de la quema del R-9, en busca de huellas dactilares. Fuentes de Interior recalcaron la importancia de esta investigación dactiloscópica, ya que los testigos presenciales del atentado no han aportado datos incontrovertibles sobre la identidad de los asesinos. Interior cree que el asesinato fue perpetrado por el mismo comando que el 12 de septiembre asesinó a la fiscal Carmen Tagle y el 19 de julio mató a dos jefes militares.

La identificación de los terroristas aclararía si los tres últimos atentados de ETA en la capital son obra del reconstituido comando Madrid, o de un comando itinerante. Los dos etarras que participaron en el atentado intentaron guardar celosamente sus identidades ya que se desplazaron desde la Glorieta de Carlos V a la calle de los Hermanos García Noblejas, distante varios kilómetros, y una vez allí trataron de quemar el vehículo para borrar sus huellas. Para ello, emplearon un temporizador con una pequeña carga explosiva, colocada en la guantera del coche.

Sin embargo, una mujer, que observó cómo dos hombres bajaban apresuradamente del R-9 y se perdían por la zona poco antes de que éste empezara a arder, avisó a una patrulla policial. Antes de que llegaran los bomberos y los expertos en explosivos de la policía, varios vecinos echaron cubos de agua sobre el vehículo, sin saber lo que pasaba, según Interior.

Funeral

Los restos del teniente coronel José Martínez fueron enterrados, a primera hora de la tarde de ayer, en el cementerio sur de Madrid. Al acto, celebrado en la intimidad, asistieron su padre, comandante de Artillería retirado, de 93 años de edad, un cuñado y un sobrino del fallecido, así como algunos compañeros. Previamente, tuvo lugar el funeral en el Cuartel General del Ejército, donde trabajaba el militar asesinado." Debido al mal tiempo, la ceremonia no se celebró en el patio de armas, sino en un salón, desbordado por la asistencia.En medio de un tenso silencio, el arzobispo general castrense, José Manuel Estepa, afirmó en su homilía: "El dolor y la pena y la rabia instintiva y humillada que intenta en estos momentos dominaros, profesionales de las Fuerzas Armadas, no puede ser tan absorbente que os impida mirar con compasión a ese trozo de España [el País Vasco] sobre el cual unos pocos de sus hijos han traído la ruina y la vergüenza de sí mismo".

Acudieron a la ceremonia el ministro de Defensa, Narcís Serra; el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, Miguel Íñiguez del Moral; el director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, y la delegada del Gobierno en Madrid, Ana Tutor, entre otras autoridades. Los altos cargos de Interior se reunieron en el departamento para analizar la investigación.

Serra visitó en el hospital Gregorio Marañón al soldado Cobertera, que se recupera favorablemente de sus heridas. El ministro aseguró que se incrementarán las medidas de protección para los militares.

Por su parte, HB difundió ayer un comunicado en el que afirma que las condenas de los partidos por el atentado son "frutos de la hipocresía y el oportunismo más hediondo".

[Más de 8.000 personas participaron ayer en las concentraciones silenciosas convocadas en el País Vasco y Navarra por la coordinadora Gesto por la Paz en protesta por el atentado, informa Efe].