Allí el comunismo, aquí la democracia.

Treinta y un años separan estas dos fotografias. Arriba, tres berlineses occidentales contemplan, en 1958, cuando el muro aún no había sido levantado en toda regla, la patria de los comunistas alemanes. Abajo, tres ciudadanos de la República Democrática Alemana se asoman, en la madrugada de ayer, a la libertad que aspiran a instalar en su país. Anoche, para facilitar el flujo de alemanes orientales hacia Occidente, varios guardias de la RDA procedieron. a desmantelar algunas secciones metálicas del muro en la ciudad de Berlín. Las piezas fueron inmediatamente secuestradas por la multitud que transitaba del Este al Oeste, que se las llevaba de recuerdo. En otros puntos en los que el muro está formado por cemento o piedras, algunos transeúntes, provistos de picos, procedían simbólicamente a derribarlo. La afluencia de gente en las primeras 24 horas ha sido tal que el ministro de Asuntos Exteriores de la RFA, Hans Dietrich Genscher, y el al calde de Berlín Oeste, Walter Momper, anunciaron la apertura ayer mismo de dos nuevos pasos entre ambos sectores de la ciudad y de otros seis en los próximos tres días. Los vopos (policías populares) de la RDA trabajan ininterrumpidamente en turnos de 12 horas.