La vejez del aparato estadístico

Los resultados presentados por las empresas no financieras a la central de balances del Banco de España muestran una parte de la realidad de lo que ocurre en la economía española, toda vez que se trata de una muestra relativamente significativa. Pero, en opinión del subgobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, lo que falla de manera importante es el nivel estadístico que se maneja.Rojo fue moderadamente crítico al explicar que los sectores industriales que mayores niveles de crecimiento reflejan en las cifras de la central de balance tienen un peso bastante modesto en el conjunto del índice de producción industrial, lo que se traduce en una estimación a la baja del crecimiento económico registrado.

Así, mientras las industrias alimentarias, las de fabricación de material electrónico y las del automóvil son las que mayores niveles de ventas y beneficios han alcanzado en los últimos ejercicios, su repercusión en la producción industrial corresponde al papel que desempeñaban hace ahora más de 20 años. De esta forma, mientras que la contabilidad nacional estima un crecimiento del producto interior bruto del 5,2% en 1988, una estimación más ajustada a lo que de verdad debe de estar ocurriendo elevaría este porcentaje por encima en un punto por lo menos.

Los problemas de la estadística de base se reproducen con cierta asiduidad entre los responsables de los servicios de estudios de organismos oficiales y privados. La mayor parte de ellos señala la necesidad de acometer con urgencia un programa que permita poner al día no la metodología de dichas estadísticas, sino las ponderaciones que se conceden a algunos de los agregados.

Pero la polémica sobre la bondad de las cifras alcanza sus mayores cotas cuando se tratan de analizar otras estadísticas, como el nivel de paro y sus formas de medirlo. Discusión que se intentó hace unos años, pero que se abandonó ante las críticas que surgieron de forma inmediata.