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En la cresta de la ola

Los beneficios de las empresas públicas crecieron más deprisa que los de las privadas

El proceso de recuperación de las empresas públicas españolas se mantuvo durante el ejercicio de 1988, mientras que las empresas privadas, aunque consolidaron su fase expansiva, moderaron el ritmo de crecimiento de los beneficios obtenidos, según los datos recogidos por el estudio elaborado por la central de balances del Banco de España. Las subvenciones a la explotación de las empresas públicas, que durante los ejercicios anteriores habían sido un pilar importante para aminorar las pérdidas registradas y para que presentaran resultados positivos, tuvieron en 1988 un peso muy pequeño. A lo largo del año pasado, los gastos financieros de las empresas disminuyó de forma clara.

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Las empresas públicas españolas consiguieron cerrar el año pasado no sólo con beneficios sino con una espectacular mejora de éstos. El resultado neto final de las empresas públicas creció un 86%, frente a una mejora de resultados del 19% en el conjunto de las empresas privadas. Este repunte de beneficios obedeció, además de la consolidación de los resultados propios del negocio normal de las sociedades públicas, a una relajación del peso de los gastos financieros.La losa de los gastos financieros de las empresas públicas pesaba más en 1987 que el total de su resultado de explotación. Este peso heredado de las deudas de años anteriores -hasta 1985 el resultado neto de las empresas públicas se expresaba con números -rojos- minoraba considerablemente el beneficio final que podían conseguir las sociedades de capital público. La reducción de los gastos financieros netos que el año pasado alcanzaron los 294.800 millones de pesetas, es así el motivo principal del despunte de beneficios de las empresas públicas.

Gastos financieros

Las empresas privadas también vieron reducir el peso de los gastos financieros el año pasado, aunque de forma menos ostensible. En concreto, la disminución de los gastos financieros netos fue de un 6% en las empresas privadas, frente a un 10% de reducción en las públicas.El saneamiento es otro de los factores que destacan en la marcha de las sociedades públicas. El recurso a las subvenciones estatales, aunque sigue estando a años luz del volumen de fondos públicos que reciben las empresas privadas, creció el año pasado de forma bastante más moderada.

El peso de las subvenciones en las ventas totales de las sociedades del sector público se ha ido reduciendo en los últimos cuatro años desde el 8% hasta poco más del 7%. Por supuesto, las subvenciones que recibe la empresa privada tiene un peso de centésimas en sus ventas totales, pero está creciendo a una velocidad superior.

El crecimiento de las amortizaciones es otro de los factores de esta mejora del balance. Las empresas públicas destinaron a esta partida casi el 12% de sus ingresos por ventas, cuando hace cinco años ese porcentaje era de alrededor del 9%. Las empresas privadas, en general de menor tamaño y mayor agilidad, destinan a amortizaciones un volumen menor de fondos.

Esa agilidad se apoya, entre otros factores, en el fuerte peso de las pequeñas y medianas empresas en el conjunto del sector privado. Más de la cuarta parte de las mismas cuentan con una plantilla de entre 20 y 50 trabajadores, y más de la mitad del total de empresas privadas tiene menos de 50 empleados en su plantilla.

Saneamiento

Las grandes empresas, sin embargo, son las que aglutinan el mayor porcentaje de empleo total y son también las que generan un mayor valor añadido, que se obtiene de restar del resultado bruto que obtiene la empresa sus gastos de personal. El valor añadido es, en última instancia, la riqueza que genera la empresa tras descontar los gastos propios de su producción, que es lo que se engloba como consumo intermedio.El proceso de saneamiento de las empresas públicas tiene uno de sus mejores exponentes en el crecimiento de la inversión, que también ha sido muy fuerte en el sector privado. La inversión en bienes de equipo (la formación bruta de capital fijo) creció un 53% en las empresas públicas frente a un 15,5%. en las privadas. Para el conjunto de la economía, el crecimiento de la inversión ha sido del 35,7%.

El crecimiento de la inversión sólo es negativo en las empresas eléctricas, a las que la central de balances dedica un capítulo aparte. La caída de la formación bruta de capital fue en las empresas eléctricas de un 17,15%, durante el año 1988, cuando el crecimiento del año anterior fue tan sólo de un 0,1%. La descapitalización de las eléctricas (incluidas dentro del gran sector de "Energía y agua caliente") convive con un ahorro negativo que, el año pasado, fue de 35.932 millones de pesetas. Ese desahorro, con todo, es bastante inferior al de 1987, tras una reducción del 66%.

Las empresas del sector público también tienen necesidades de financiación o ahorro negativo, aunque ese desahorro fue el año pasado de 182 millones de pesetas, frente a los 79.317 millones de pesetas de 1987. El sector privado y el conjunto de la economía sí colaboraron al ahorro con una capacidad de financiación de 15.111 millones de pesetas en las empresas privadas y de 14.929 millones de pesetas para el conjunto de la economía.

La buena marcha de las empresas se mide, además de pór su capacidad de generar más riqueza y modernizar el aparato productivo a través de la inversión, en su creación de empleo. El crecimiento del empleo, para el conjunto de las empresas del estudio de la central de balances, fue el año pasado de sólo el 0,63% o 5.589 trabajadores. Un estudio que, según avanzó Luis Ángel Rojo, subgobernador del Banco de España, en su presentación representa al 14,2% de la plantilla total de las empresas 4ue operan en España y al 19% de la población asalariada.

Aumento del empleo

El sector privado ha sido el motor de este moderado aumento del empleo ya que las empresas públicas -aún en proceso de ajuste a pesar de su espectacular mejora de resultados- redujeron el total de empleo desde 334.88 trabajadores en 1987 hasta 327.989 trabajadores el año pasado. Esta contracción del empleo en el sector público empresarial es de un 2,1%.Las empresas del sector privado incluidas en el estudio, mientras, han aumentado el empleo en un 2,3%, hasta totalizar 556.208 trabajadores. El sector eléctrico tampoco ha colaborado demasiado al crecimiento del empleo. Las 71 empresas del sector emplearon a 76.654 trabajadores el año pasado frente a los 79.186 que trabajaban en el sector en 1987. Esta reducción del empleo en las sociedades eléctricas ha convivido con un aumento de los beneficios netos totales de un 40%, es decir, el récord entre los sectores desglosados.

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