Protesta, foto y tráfico de drogas
Soy la simpatizante que figura en la foto de la portada de EL PAÍS de fecha 25 de octubre, cuyo pie de foto dice textualmente: "Un policía impide el paso al Palacio de Exposiciones de Madrid, donde se celebra el encuentro de la trilateral, a una simpatizante de la candidatura que persigue la legalización del tráfico de drogas".Sin ánimo de polemizar, y hablando en mi propio nombre y desde el derecho que me otorga la Constitución en defensa de mi
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propia imagen, no me es posible pasar por alto dicho pie de foto. El lenguaje -las palabras- no es más ni menos que un código que establece un colectivo para identificar conceptos e ideas y que este colectivo asume e interioriza consciente e inconscientemente.
El término tráfico de drogas, que semánticamente es interpretable, ha sido asumido política, cultural y socialmente de una manera que nada tiene que ver con lo que significaría en términos estrictamente semánticos.
En resumen: tráfico de drogas se identifica con mafia, cárceles, corrupción, violencia.
En el programa de la Lista Antiprohibicionista dos de los puntos son, y transcribo literalmente:
"No queremos que el dinero negro generado por el tráfico de drogas siga corrompiendo nuestro entorno político y social". "Queremos acabar con el tráfico de drogas". Por estas razones, ni personal ni políticamente asumo algo tan aberrante como la legalización del tráfico de drogas, que por otro lado también entra en clara contradicción con el programa de la lista.
Esperando comprendan mis planteamientos, ruego la publicación del contenido de este escrito para clarificar las tesis que propugna la Lista Antiprohibicionista sobre Droga y a las que me adhiero totalmente.-
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