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Los ochenta, marcados por los asesinatos por parte de fuerzas gubernamentales, según AI

Decenas de miles de personas fueron torturadas y asesinadas el año pasado por Gobiernos de todo el mando, según denuncia la organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) en su informe relativo a 1988. A finales de la década, AI hace balance y señala que los ochenta se han caracterizado por un "extraordinario nivel de asesinatos individuales y de masas por fuerzas gubernamentales", pero percibe cómo la opinión pública internacional ejerce cada vez más presión y vaticina que en los noventa esa fiscalización hará más difícil esos "asesinatos a los que se da otro nombre".

La lectura del informe de Al sobre la situación de los derechos humanos el año pasado en el mundo equivale a un paseo por el odio y la muerte. Todo horror y aberración que la mente pueda imaginar está incluido en las 3 10 páginas del informe y descrito con frialdad notarial. "Decenas de miles de personas fueron deliberadamente matadas en 1988 por agentes gubernamentales que traspasaron los límites de la ley. Fueron víctimas de ejecuciones que eludieron el proceso judicial", dice el informe.Los verdugos eligieron sus víctimas siguiendo patrones religiosos, étnicos, lingüísticos o políticos y llevaron a cabo las ejecuciones en la gama que va desde la residencia de la víctima y por la noche al campo de batalla y de día, y desde el envenenamiento a la mutilación medieval. Los Gobiernos responsables, denuncia Amnistía, hicieron esfuerzos "para ocultar o destruir las pruebas de las muertes y sus propias responsabilidades". Un ejemplo de ello es Perú, donde la denuncia de una matanza de 28 personas fue seguida de la "excavación de las tumbas, asesinato de testigos y severa restricción del acceso a la zona de investigadores independientes".

Ejecuciones extrajudiciales

Hay miles de casos análogos y AI tiene pruebas de al menos 12 países en los que durante 1988 se produjeron lo que la organización denomina "ejecuciones extrajudiciales", es decir, asesinatos sin juicio. Ejecuciones precedidas de un paso por los tribunales hubo en 35 países; torturas o malos tratos a presos fueron infligidos por más de la mitad de los Gobiernos del mundo, y muertes en circunstancias sospechosas se registraron en más de 30 países. Más de la mitad de los países del mundo tiene en sus cárceles presos políticos.En Europa ha habido "mejoras significativas en la protección de los derechos humanos", pero siguen registrándose denuncias de malos tratos, detenciones de objetores y ejecuciones judiciales (en los países del Este) y extrajudiciales (de Francia en Nueva Caledonia). Países tan pulidos como Suiza y Austria muestran sus máculas bajo la lupa de AI.

En Latinoamérica, los escuadrones de la muerte se mueven a sus anchas al amparo de Gobiernos que "desvían las críticas atribuyendo las muertes a ciudadanos privados que se toman las justicia por su mano y que ellos no pueden detener". Además, "algunas de las medidas contra la insurgencia y el terrorismo contribuyen al incremento de las violaciones de los derechos humanos".

En África y Asia, los asesinatos masivos alcanzan cotas de genocidio, como los perpetrados por los iraquíes sobre pueblos kurdos. Israel se gana un lugar de honor en el ranking de la vergüenza por las más de 300 muertes causadas entre palestinos, participantes en la intifada.

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Amnistía arroja sobre los Gobiernos el grueso de la responsabilidad del precario estado de los derechos humanos, pero no olvida que "grupos violentos de oposición y movimientos sectarios en muchos países fueron responsables de asesinatos y mutilaciones de civiles arbitrarios y a gran escala y de la tortura y asesinato de sus prisioneros".

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