Más que un error
EL LLAMADO caso de los cuatro de Guilford -grupo de jóvenes entre 17 y 20 años a los que injusta e ilegalmente se ha mantenido en la cárcel nada menos que durante 14 años en el Reino Unido como autores de tres atentados del IRA- constituye un tremendo golpe a la credibilidad del sistema judicial británico y de todas las instituciones implicadas en la lucha contra el terrorismo en el Ulster.El reconocimiento por parte de la justicia del Reino Unido de la falta de garantías del juicio a que fueron sometidos los acusados en 1975 -el tribunal les condenó sin pruebas, basándose exclusivamente en sus autoinculpaciones ante la policía, a pesar de haber sido negadas ante el juez- es un acto de autocrítica que, si bien tardío, puede servir para paliar los efectos de una actuación tan irresponsable. Sin embargo, el caso no debería circunscribirse sólo a la revisión judicial solicitada por el fiscal ni cerrarse con la reparación del. daño personal causado a los afectados. Su negativo impacto en las instituciones obliga a exigir cuantas responsabilidades políticas y personales sean procedentes. Pero, además, una actuación tan nociva para el Estado de derecho -algo más grave que un simple error judicial- debería servir para reflexionar de nuevo sobre la engañosa eficiencia de los procedimientos utilizados al margen de la legalidad en la lucha contra la delincuencia y el terrorismo. A la postre, actuaciones así sólo sirven para reforzar las coartadas de los terroristas, además de arrastrar tras de sí la respetabilidad del Estado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.