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Los comunistas arremeten contra la revista de mayor tirada de la Unión Soviética

Pilar Bonet

El futuro del director de la revista Argumenti i Fakti, la publicación de mayor tirada de la URSS, con 26 millones de ejemplares, aparecía ayer in cierto después de que Vadim Medvedev, el jefe de ideología del Comité Central del PCUS, le diera dos días para presentar su dimisión, según manifestaron fuentes de la publicación.

Vladislav Starkov, el director de Argumenti i Fakti, fue criticado por Mijail Gorbachov durante una reunión con directores de medios de información efectuada el pasado viernes 13. El líder estaba descontento de la línea de la revista —que, por cierto, tiene una información muy factual y muy pocos comentarios— y por la publicación en ella de una encuesta de opinión que reflejaba su pérdida de popularidad. El ultimátum dado por Medvedev a Starkov quita posibilidades a una solución de compromiso de la crisis, una de las más importantes ocurridas bajo la política de glasnost, opinan medios periodísticos. Éstos, sin embargo, confiaban todavía en una salida honrosa para Gorbachov y para la revista. Iván Frolov, un asesor de Gorbachov, se negó ayer, al parecer, a aceptar el intento de mediación de varios personajes de la vida pública soviética a favor de Argumenti i Fakti. Otras iniciativas de defensa estaban en gestación en medios periodísticos, que adoptaban una actitud muy reservada en el caso. En cambio, una redactora de la revista afirmó que si Starkov era destituido, la redacción consideraría la huelga.

En una reunión del Instituto Internacional de Prensa (IPI) que se celebraba ayer en Moscú, el periodista Mijail Poltaranin, ex director del periódico Moskovskaia Pravda y diputado del Soviet Supremo, dijo que la Asociación de Periodistas de Moscú estaba dispuesta a defender a Starkov si se confirmaba su cese. Poltaranin dijo haber sido criticado él mismo por Gorbachov, quien, según afirmó, le llamó Mao Zedong. Poltaranin, un hombre próximo a Boris Eltsin que dirige la Asociación de Periodistas de Moscú, no asistió a la reunión de Gorbachov y del Politburó del PCUS con la Prensa.

"Si se trata sólo de Gorbachov, seguramente se puede arreglar, pero si se ha metido por medio el aparato, puede ser más difícil", afirmaba un prestigioso comentarista. Las críticas de Gorbachov alcanzaron también al diario gubernamental Izvestia y al semanario Ogoniok, según medios periodísticos soviéticos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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