Haroun Tazieff dice que no hay motivo de alarma por el agujero de ozono
El vulcanólogo francés Haroun Tazieff, ex ministro de Medio Ambiente, ex secretario de Estado para la Prevención de Riesgos Mayores y antiguo presidente del Instituto Internacional de Vulcanología, afirma que el gran temor por la desaparición de la capa de ozono no sólo no tiene base, sino que además está costando una gran cantidad de dinero en políticas medioambientales que sería más útil si se dedicara a otras cosas. Según el director de una experiencia piloto en Francia para prevención de catástrofes naturales, se está alarmando indebidamente a las poblaciones.
Recién llegado de Italia, donde presenció la última erupción del Etna, Haroun Tazieff ha arremetido duramente contra los expertos que aconsejan a los políticos para se gasten "millones de dólares, francos, yenes..." para las campañas de protección de la copa de ozono. Un dinero que "sería mucho más útil si se aplicara en otras cosas".Este especialista en opiniones contra corriente ya se manifestó en este sentido en un congreso sobre medio ambiente y salud organizado por la Federación Europea de Climatología en Briancon (Francia)."No existe desaparición de la capa de ozono. Esta gran amenaza del año 2000 es una muestra más de las engañifas que surgieron hace dos años y que arrastran al público, a la comunidad científica y a los grandes de este mundo", dice Haroun Tazieff.
Mala traducción
La expresión "capa de ozono" suscita su exasperación, porque opina que es fruto de una mala traducción del inglés. "Valdría más hablar de capa en el ozono, porque entre 12 y 15 kilómetros de altitud hay una capa de aire enrarecido en la que hay ozono más enrarecido aún. Son imprecisiones que hay que aclarar a la población con explicaciones simples, que puedan entenderse fácilmente y que acaben con el alarmismo actual", dice Tazieff."Yo creo", continua, "que habría que disipar por completo esta inquietud y este miedo indebido. El monóxido de cloro de origen industrial lo único que hace es degradar el ozono en oxígeno normal, y es justamente este oxígeno normal la base con la que se forma el ozono por acción de los rayos solares".
Reconociendo que no es del todo un experto en la materia, afirma, sin embargo, que sus conclusiones "son revolucionarias y van a hacer rugir". Tazieff capitanea una guerra contra las medidas que se quieren adoptar a raíz de las últimas cumbres internacionales de medio ambiente, porque considera prioritario que antes "se establezca un código ético que formule las reglas para la elección de los científicos que tienen que asesorar a los Gobiernos".
La primera anomalía que encuentra en los razonamientos de los "catastrofistas" es que si verdaderamente los famosos clorofluorocarbonos (CFC) son responsables de la desaparición del ozono, "entonces ¿por qué el agujero se sitúa en el polo sur, cuando el 90% de las emisiones de CFC se producen en el polo norte?".
Tazieff piensa que es necesario denunciar el efecto del monóxido de cloro que liberanlos clorofluorocarbonados, pero también que hay que situar los problemas en dimensiones más adecuadas. En su opinión, el llamado agujero en la capa de ozono tiene una explicación geográfico-espacial.
Menos sol
El ozono se forma por la acción de los rayos ultravioletas del sol sobre el oxígeno del aire en las capas altas de la atmósfera. De este modo se forma una barrera ionizada que impide a esos rayos llegar de forma muy violenta hasta la Tierra. "Ahora bien, el eje de rotación y el movimiento de traslación de la Tierra son la causa de que sean las regiones mas australes las que reciben menos sol. Por tanto, es lógico que se encuentre menos ozono en el polo sur".Tazieff ha expuesto esta semana en Grenoble los resultados de una experiencia piloto que dirige y que trata de la primera implantación del sistema VAN para la prevención de riesgos naturales que se lleva a cabo en Francia. El método VAN (iniciales de sus inventores, Varotsos, Alexopoulos y Nomicos) está basado en la interpretación de una señal eléctrica transportada por una corriente telúrica captada en un centro de recogida de datos. Con esta señal se detectan los primeros indicios que anuncian un movimiento de tierra, con una cobertura de 150 a 200 kilómetros de radio por estación.
Este sistema, operativo ya en algunos países, como Grecia y Japón, se está experimentando en la zona del Isère, un departamento regional situado al sureste de Francia que delimita una de las áreas de mayor riesgo geológico del país. Tazieff asegura que es imposible prevenir un terremoto, y que además siempre lo será, dada la incapacidad de llegar hasta la profundidad del globo, lugar donde se desencadenan los fenómenos naturales implicados. Sí es posible determinar, en cambio, lo que hay que hacer en caso de catástrofe. Ésta es la punta de lanza de la batalla que mantiene con las actuales autoridades político-científicas.
"La organización de los mecanismos de socorro en Francia es deplorable, como se ha demostrado ampliamente. Sólo la Armada, porque está jerarquizada, puede remediar fácilmente lo que en la actualidad constituye el fallo esencial: la falta de una estructura capaz de manejar el inmenso problema del salvamento en las grandes catástrofes. Una realidad que hace que todavía la persona más competente para dirigir las operaciones de socorro en caso de catástrofe sea el ministro de la Defensa".
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