Robert Ouko: "Suráfrica intentará sabotear las elecciones en Namibia"
El ministro de Exteriores de Kenia planea abrir una embajada en Madrid
"España y Kenia deberían esforzarse por estrechar sus lazos", afirma Robert Ouko, uno de los principales ejecutores de la febril diplomacia que actualmente despliega su país, Kenia. Por ello, explica el ministro -que durante su visita se entrevistó con el rey Juan Carlos- su Gobierno está planeando abrir una embajada en Madrid. Durante su breve estancia en la capital española Ouko, gran apasionado de fútbol, no perdió la oportunidad de asistir al encuentro entre el Atlético de Madrid y el Zaragoza.Para el representante keniano, desarrollo y paz son los grandes objetivos de su Gobierno dentro y fuera de su país porque "sin paz no hay bienestar".
Pregunta. Los norteamericanos necesitan visado para entrar en Kenia; los canadienses también; los españoles no. Un trato preferencial que no se corresponde con el volumen de intercambios comerciales entre nuestros dos países...
Respuesta. Efectivamente, en la actualidad, el volumen de intercambios comerciales es relativamente pequeño y se limita a la compra por parte de España de té y café y a la adquisición en este país por parte keniana de productos farmacéuticos y utensilios agrícolas. Tenemos relaciones diplomáticas y contamos con la presencia de una embajada española en Nalrobi. Pero, por ejemplo, mi visita es la primera efectuada por un ministro de Exteriores de mi país a Madrid en 25 años. Tenemos previsto abrir una representación diplomática keniana en Madrid aunque todavía no sabemos cuándo. Además, podría aumentar la cooperación en el campo del turismo y los intercambios de visitas de miembros del Gobierno, funcionarios, hombres de negocios y estudiantes.
P. Kenia es uno de los países que aporta fuerzas a los cascos azules enviados a Namibia por la ONU para garantizar su transición pacífica a la independencia. ¿Cuál es su opinión sobre la marcha de este proceso?
R. Deseamos que el proceso de independencia de Namibia se complete como está previsto, pero somos absolutamente conscientes de los esfuerzos de Suráfrica para sabotear las elecciones del próximo noviembre. Lo han intentado todo: al principio han acusado a la ONU, han desacreditado los contingentes kenianos allí establecidos a través de la Prensa namibia bajo su control, también ha escrito artículos muy negativos sobre la Organización Popular del África del Suroeste (SWAPO); han utilizado las tropas paramilitares controladas por Pretoria -koevoet- para intimidar y matar; están utilizando todo tipo de triquiñuelas para desanimar a la gente a inscribirse en el censo de votantes y en cambio registrar a extranjeros... Y sabemos que la cosa no va a acabar ahí y que van a intentar hacer trampa en las votaciones.
P. ¿Cree usted que la elección de De Klerk en Suráfrica va a aportar algún cambio en relación con el apartheid?
R. Al principio De Klerk hizo algún gesto que pensamos podría ser un síntoma serio de cambio en Suráfrica. Pero sus declaraciones son contradictorias. Sin embargo, las conversaciones con De Klerk son sólo una forma de lograr la independencia; la otra es luchar como hizo Argelia. Si no hay negociaciones, la libertad para la mayoría negra vendrá con las armas.
P. ¿Cuál es la situación de las conversaciones de paz para Mozambique, en las que el presidente de Kenia es mediador?
R. El pasado mes de agosto hubo contactos en Nairobi entre representantes del Gobierno de Mozambique, representantes de la Iglesia y de la Resistencia Nacional Mozambiqueña (Renamo) [la guerrilla que desde hace más de 10 años se enfrenta a Maputo]. El objetivo era explorar las posibilidades para el desarrollo de una negociación, eliminando malentendidos. No tuvieron éxito.
Pero luego, se produjo el encuentro entre los presidentes de Kenia, Zimbabue y Mozambique [Daniel Arap Moi, Robert Mugabe y Joaquim Chissano, respectivamente] también en Nairobi donde acordaron una serie de modalidades para desarrollar su actividad para lograr que las dos partes del conflicto se sienten a negociar. Todavía estamos muy lejos de esta fase. Pero sin las consultas que el presidente Moi viene desarrollando desde hace 18 meses, silenciosamente, no se tendría ni siquiera este punto de partida.
P. Pero junto a los aplausos por estas gestiones no han faltado acusaciones sobre la implicación de Kenia en la crisis interna de Somalia o, por parte de Uganda -su otro vecino arrasado por una guerra civil interminable-, de desarrollar una política hostil en su contra...
R. La gente que diga lo que quiera. Pero el presidente Moi e quien hizo posible que Uganda volviera a tener un Gobierno civil, el que ahora encabeza el presidente Museveni. Necesitó para ello cuatro meses de contactos y conversaciones entre las diferentes y enfrentadas facciones políticas ugandesas.
Kenia es una isla de paz que linda con varios países en guerra En estos momentos, los Gobier nos de Etiopía, Sudán y Mozambique, han pedido ayuda a nuestro presidente para que les ayude a alcanzar la paz en sus países mientras que desde Angola y Namibia lo mantienen constante mente al tanto de los procesos de paz en marcha en sus países.
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