Suarez consolida su estrategia al alcanzar la presidencia de la Internacional Liberal
Adolfo Suárez fue elegido ayer en París presidente de la Internacional Liberal y Progresista, una organización que acoge a 52 formaciones políticas de todo el mundo, desde los liberales israelíes hasta el Partido Liberal e Independiente de Nicaragua, y que ejerce tareas de gobierno en 12 países. Con la elección de Suárez como presidente de la Internacional Liberal y Progresista, el Centro Democrático y Social (CDS) consolida su principal movimiento estratégico para dotarse de unas señas de identidad propias
Los cinco parlamentarios europeos del CDS forman parte de este grupo en Estrasburgo, después de que en la anterior legislatura languidecieran entre "los no inscritos".Esta elección refuerza la columna vertebral que Adolfo Suárez ha planteado en la campaña electoral, y su mensaje dominante durante estos primeros días: el CDS es una alternativa de gobierno con un programa factible y elaborado. Adolfo Suárez definió su estado de ánimo en París. Está sereno, confiado y ocupado. "Sereno porque creo que hemos elaborado un programa serio y riguroso; confiado porque creo que el electorado va a responder mucho más de lo que dicen algunas encuestas, y ocupado porque me dedico a explicar nuestro programa y me gustaría que las demás fuerzas políticas hicieran lo mismo".
El presidente del CDS no puede ocultar, sin embargo, un semblante grave y una actitud distante, que contrastan con el entusiasmo demostrado en otras ocasiones. Insiste en que no hay ningún tipo de pacto "ni en Galicia ni en ningún sitio" con el Partido Popular y dibuja una mueca de desaliento al explicar que el PSOE gobierna en coalición con otros partidos en muchos sitios, "y eso no se critica ni se usa como arma arrojadiza". Incluso se disculpó el miércoles en París con los periodistas: "Mi mujer y yo hemos quedado a cenar con Federico Mayor".
Una encuesta reciente encargada por su partido a la que se refirió Suárez sitúa la intención del voto hacia el CDS en un 12,9% del electorado. El líder del CDS, acostumbrado a la soledad política y a las travesías del desierto, parece consciente de que se enfrenta a uno de los retos políticos más desfavorables de su carrera. Se muestra abstraído y solitario. El incidente del comienzo de la campaña, al que no se ha referido en ningún momento, parece haber desconcertado a los estrategas centristas.
Todos esperan la reacción del líder. Una respuesta quijotesca ante los ataques recibidos del gigante socialista. El único rebrote capaz de remontar las adversidades y algo que sólo puede hacer personalmente Adolfo Suárez, y que medita en la soledad de su avión privado.
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