Alva Castro: "Nada se podrá hacer en Perú sin un acuerdo nacional"

"Nada se podrá hacer en Perú si no se alcanza un acuerdo nacional", afirma Luis Alva Castro, actual vicepresidente segundo de ese país y candidato del Partido Aprista a la presidencia en las elecciones del 8 de abril del año próximo. "Un pacto social que no sólo incluya a las formaciones políticas, sino a las organizaciones de empresarios y trabajadores", destinado a buscar soluciones "frente al terrorismo, el narcotráfico y la crisis económica", que, a su juicio, son los problemas centrales que afronta Perú.

Este economista de 47 años, que milita los 15 en Ia Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), movimiento fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre, no parece abrumado por la pérdida de popularidad de su partido, tras casi cinco años en el poder, durante- los cuales fue parlamentario, ministro de Economía y presidente del Consejo de Ministros (1985-1987) y titular de la Cámara de Diputados (1987-1988)."Es evidente que hay un desgaste, es absurdo negarlo", declaró a EL PAÍS en su reciente paso por Madrid, en el que se entrevistó con el presidente del Gobierno, Felipe González, y presentó un libro de artículos de Haya de la Torre. "Pero sí creo", agrega, "que el país quiere propuestas estables, institucionales. Y el Partido Aprista trasciende a un Gobierno, ya que nació con la vida política misma de los últimos 60 años en el país.

Pregunta. Sin embargo, en las elecciones presidenciales de abril se juzgará a un Gobierno, más que a un movimiento.

Respuesta. Nuestra alternativa es viable. Que no hayamos podido cumplir estos cinco años con gran parte de nuestro programa es porque los que ahora postulan posiciones diferentes, desde la extrema izquierda y de la extrema derecha, más esta última, son los responsables de la crisis estructural del país. No hay duda que la alianza de las derechas [el Frente Democrático, cuyo candidato es el escritor Mario Vargas Llosa] mantiene una posición extremista en economía, en política y en su propio planteamiento. Esas fuerzas no quieren llegar a un acuerdo nacional. Dicen: vamos a privatizar todo. Nosotros decimos: eso no es posible, porque en el país no hay el ahorro suficiente para que las empresas estén en manos de peruanos; eso significaría, reconocer que las vamos a entregar a capitales foráneos. Hay unas 200 empresas públicas, pero sólo 20 explican más del 90% del patrimonio nacional del Estado. Lo que nosotros haríamos es concentrarnos en esas empresas. Hay que vender lo que no es fundamental ni estratégico.

P. ¿Cómo explica el aumento de las expectativas de voto del Fredemo?

R. El país vivió en los últimos tiempos el fenómeno casi traumático de una ley de nacionalización del sistema financiero, muy mal procesado en sus formas. Lo que dijimos entonces es: vamos a democratizar el crédito, la propiedad. Lo que ocurre es que la ley fue muy mal gestionada. Es un error que admito. No se actuó con rapidez, eso tuvo paralizado al país, y las fuerzas del dinero iniciaron una campaña muy poderosa que un poco arrinconó al Gobierno. Esto se complicó con la crisis evidente que sufre el país, causada por la estructura de nuestra economía. Todo esto ha generado, en forma transitoria, una imagen de simpatía a determinados postulados que enarbola la derecha. Es evidente que los apristas, cuando llegamos al Gobierno, no estábamos preparados para asumir responsabilidades tan dramáticas y tan difíciles. Quince mil personas han perdido la vida en nueve años a causa del terrorismo, que causó daños por más de 10.000 millones de dólares. Ahora lo conocemos más y estamos en mejor situación para combatirlo.

Deuda externa.

P. ¿Cuál es su postura sobre la deuda externa?

R. En cinco años no hemos podido derrotar una crisis que es estructural. En 1985 la realidad mostraba la imposibilidad de cumplir con los compromisos pendientes. Entonces decidimos limitar el pago al 10% de las exportaciones. La lucha no ha sido inútil: ahora todos admiten que la deuda es impagable en las condiciones y forma en que fue pactada. Todos sabemos que el condicionamiento del FMI genera recesión, desocupación, más inflación con medidas durísimas para los sectores más pobres. Pero nosotros no debemos salirnos jamás del FMI; la lucha hay que librarla allí, para reformar el sistema financiero.

P. ¿Cómo abordará el problema del narcotráfico?

R. Nuestra posición es que tenemos que hacer reflexionar a EE UU. La ayuda norteamericana a Perú, en 10 años, ha sido de sólo 8 o 10 millones de dólares anuales. La drogadicción tienen que asumirla también los consumidores. Para nosotros es una necesidad urgente la sustitución de cultivos. Debe haber un acuerdo entre EE UU y los campesinos de estas zonas, que le garantice un mercado y un precio para nuevos productos.