Masiva manifestación en Roma contra el racismo
La imponente manifestación contra el racismo celebrada el sábado en Roma, en la que participaron juntos, procedentes de toda Italia, más de 200.000 personas de todos los colores, razas y credos, ha sido para los italianos como una terapia que les ha liberado por un momento de la pesadilla de empezar a sentirse racistas.
Italia siempre se había sentido inmune al cáncer de la xenofobia, de la intransigencia racista contra el extranjero. Éste ha sido siempre un país, si acaso masoquista, que ha apreciado más lo que venía de fuera que lo de casa. Pero de repente, en los últimos tiempos, había explotado de norte a sur una especie de fiebre maldita contra el extranjero, sobre todo de color. Pero también de la gente del norte contra la del sur, que incluso había causado muertos y heridos con motivo de los partidos de fútbol.Los sociólogos la han denominado "guerra entre pobres". La guerra de los italianos pobres contra los pobres de color. Así se intentó explicar hace unos meses el vergonzoso asesinato en Nápoles del surafricano, exiliado político, Jerry Aslo que trabajaba con otros compañeros africanos en la recogida clandestina de tomates en las cercanías de Nápoles por cuatro perras gordas. Fue asesinado por una banda de desconocidos en su barraca. Su muerte conmovió el país y fue como la toma de conciencia de que el cáncer estaba alargando su metástasis.
Durante la manifestación, un hombre de color llevaba una pancarta que le cubría todo el pecho en la que se leía: "Mi piel no mancha". A la cabeza desfilaron juntos desde el secretario general comunista Achille Occhetto, hasta dirigentes religiosos católicos y protestantes, sindicalistas, socialistas y comunistas, y personajes del mundo del espectáculo italianos y extranjeros.
