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Las denuncias por las deficiencias en el centro de salud de Vallecas se acumulan desde hace meses

Los vecinos de la villa de Vallecas denuncian desde hace meses las carencias del centro de salud del distrito. La muerte del niño de 13 meses Alberto Gil Blanco, tras no ser atendido en el servicio de urgencias, por falta de instrumental, ha colmado la paciencia de los vallecanos. Los familiares del niño le condujeron con claros síntomas de asfixia después de haberse tragado el hueso de una aceituna. El médico que le atendió juzgó que no tenía medios para extraérselo y ordenó su traslado al hospital del Niño Jesús, donde falleció a los cinco días.

"El servicio de urgencias tiene como función principal quitarse los casos de encima y enviarlos al hospital", denunció ayer Ignacio García, presidente de la asociación de vecinos La Defensa, del pueblo de Vallecas. La asociación ha convocado a partir de esta tarde concentraciones diarias en protesta por la muerte del niño ante la puerta del centro de salud, situado en la plaza de Sierra de Gador."Desde que se abrió, hace dos años, ha sido objeto de numerosas denuncias por falta de asistencia adecuada. Se ha dado el caso de una persona que acudió con un brazo roto y no pudieron ni enyesárselo. También ha habido afecciones serias de ojos tratadas con un simple colirio", aseguró Ignacio García.

"Durante estos dos años, la falta de rnedios de atención del servicio de urgencias y del centro en general se ha tratado en varias ocasiones en el Consejo Municipal de Sanidad", agregó.

A juicio del presidente de la asociación de vecinos, la actual concejala del distrito, Elena Utrilla, "parece que no recuerda lo que su partido, el PP, denunciaba, antes, cuando criticaba a los socialistas".

El distrito de Vallecas Villa cuenta con una población total de 55.000 vecinos. El único ambulatorio, de la Seguridad Social tiene: que atender a 16.000 beneficiarios. Según datos del área de Salud del Ayuntamiento, durante 1988 se efectuaron 5.167 servicios en el centro de urgencias de la plaza de Sierra de Gador.

500 metros

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El niño Alberto Gil Blanco se encontraba en la tarde del pasado 20 de septiembre en casa de su abuela, Isabel Riesco, de 64 años. Había comido al mediodía y juegueteaba en la cocina. De repente cogió una aceituna de una fuente de ensalada y se atragantó. El niño respiraba con mucha dificultad. Según relató ayer la abuela en su vivienda de la calle de Gavia Seca, dos tíos de Alberto, Javier y María Rosa Blanco Riesco, que se encontraban también allí, le sacaron en volandas a la calle, pararon el primer coche que pasaba y le llevaron al centro municipal de urgencias de la plaza de Sierra de Gador, a unos 500 metros de la vivienda.En el servicio de urgencias no fue posible extraerle el cuerpo extraño, ya que no existía un instrumental adecuado. El médico que le atendió ordenó su traslado al hospital del Niño Jesús, especializado en medicina infantil. Los familiares del niño aseguran que la ambulancia tardó 15 minutos en llegar desde la plaza de Legazpi hasta el pueblo de Vallecas.

Los miembros del personal sanitario del centro de la plaza de Sierra de Gador que se encontraban en la mañana de ayer de servicio se negaron a hacer ningún comentario. "Nosotros estábamos de vacaciones en aquellas fechas y no sabemos qué ocurrió", replicaron algunos de ellos.

Los padres de Alberto, José Ignacio Gil y Teresa Blanco, rehuían ayer a los medios de comunicación, tras hacerse pública la muerte del niño. Tienen otra hija: Marta, de cuatro años. En su vivienda de la calle, de la Sierra de Engarcerán recuerdan que el mismo día del entierro de Alberto, el 29 de septiembre, presentaron una denuncia en el Juzgado de Guardia por presunta negligencia contra el médico que atendió a su hijo en el centro de salud. Ambos hicieron llegar al alcalde de Madrid, Agustín Rodríguez Sahagún, su protesta por la carencia de medios sanitarios en Vallecas.

"¿Por qué no lo llevaron en un taxi o en un coche de la Policía Municipal al hospital y hubo que esperar un cuarto de hora a que llegara la ambulancia? ¿Por qué no intentaron los médicos nada más?", preguntaba ayer José Ignacio Gil con indignación contendida. Su mujer, visiblemente nerviosa, agregó que espera que la denuncia sirva al menos para evitar que se repitan casos similares.

El doctor Joaquín Otero, subdirector del Hospital del Niño Jesús, señaló ayer que el niño Alberto Gil Blanco ingresó en ese centro con una parada cardiaca y con claros síntomas de asfixia. Se le diagnosticó una hipoxia (carencia de oxígeno) prolongada cerebral. Después de reanimarle, se le extrajo el cuerpo extraño. El niño permaneció cinco días en la Unidad de Cuidados Intensivos hasta que el 25 de septiembre sufrió una nueva parada cardiaca de la que no salió.

Otero precisó que extraer el hueso de la aceituna era una tarea muy difícil, sin disponer de los medios adecuados. "En realidad, es una operación que debe hacerse en un quirófano", apuntó.

Viñals anunció que se ha creado una comisión investigadora para esclarecer los hechos. A la vista de los primeros informes que obran en su poder el concejal aseguró que "no se deduce que hayan existido deficiencias" en este caso.

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