El pobre salvaje
Tras películas como Una mujer sin amor, Subida al cielo y El bruto, no parecía la adaptación del célebre clásico de Daniel Defoe Robinson Crusoe la materia más idónea para el Luis Bufluel mexicano. Fue en realidad un filme atípico, producido por su habitual óscar Dancingers y por el norteamericano Heriry F. Ehrlich, y constituye su primera película en color.Robinson Crusoe es una película sencilla, nada explosiva, una lectura en apariencia sin consecuencias del texto; pero esconde en sus intestinos, y por eso es una obra de interés, una arrebatadora reflexión sobre el género humano, sobre la soledad, la lucha por la supervivencia en medios hostiles; el encuentro de la civilización -las cosas no infectadas- con la naturaleza en su estado más puro -las cosas en sí mismas- Es decir, contiene un aguáo planteamiento moral que el cineasta aragonés aborda desde un prisma realista, dejando actuar al personaje en su soledad y, después, confrontándolo a través de inspiradas conversaciones con el prójimo involuntario, Viernes.Apuntes laterales
Robinson Crusoe se emite a las 22
35 por TVE2.
Hay igualmente apuntes laterales sobre las relaciones entre los personajes, que deben verse como metáforas de las clases sociales, así como leves y esquinadas notas sobre la sexualidad: el propio Buñuel se refería a ellas hablando de la importancia de las ropas de mujer que utiliza Robinson Crusoe para vestir al espantapájaros, su agitación por el viento y el turbador uso que de ellas hace Viernes.
Hilando fino, otros asuntos, como el teológico -Crusoe como Dios todopoderoso-, aparecen en el discurrir de este largometraje siempre injustamente oscurecido por una filmograria luminosa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.