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La instalación de SIV en El Ferrol, pendiente de la renovación de directivos de empresas públicas

Juan Arias

El problema de la construcción en El Ferrol de la fábrica de la Sociedad Italiana del Vidrio, SIV, aún no se ha zanjado definitivamente, y según informó ayer Il Corriere della Sera, más que de un problema de costes, se trata de una lucha política interna italiana. La renovación de los altos cargos en las grandes empresas públicas es un tema delicadísimo en este país, ya que forma parte de la famosa lotizzazione, o división del poder entre los diversos partidos.En este momento están en juego 35 puestos entre presidentes y consejeros de administración. Y es posible que el reparto de la tarta se decida mañana, viernes, en el Consejo de Ministros. Entre los organismos más importantes para repartirse figuran las presidencias del Instituto de Reconstrucción Italiana (IRI) y del Ente Nacional para la Energía (ENEL).

Y por lo que se refiere al EFIM, su presidente, Rolando Valiani, acaba su mandato en febrero y existe una dura lucha interna para su sustitución. Y ello está repercutiendo fuertemente en el asunto de El Ferrol. El candidato para sustituir a Valiani es Riccardo Gallo, republicano., A su vez, el Partido Republicano dejaría a un socialista la vicepresidencia del IRI.

El martes, cinco de los 11 consejeros de administración del EFIM enviaron un telegrama al presidente Valiani pidiéndole la convocatoria urgente del consejo para volver a estudiar el asunto de El Ferrol. El viernes pasado, el comité de presidencia había parado toda la operación con la excusa de que resultaba excesivamente costosa.

La decisión la había tomado el presidente Valiani y el vicepresidente socialista Gaetano Mancini, y había sido votada por el representante democristiano Normanno Messina, que, sin embargo, estaría ahora dispuesto a reexaminar de nuevo todo el asunto.

Pero, al parecer, el problema de fondo es que no está claro de quién era la competencia de la decisión final, si del comité de presidencia o del consejo del EFIM. Es un vicio de forma que al parecer esconde un contraste político entre el ministro democristiano para las participaciones del Estado, Carlo Fracanzani, y el ministro socialista de Asuntos Exteriores, Gianni de Michelis, amigo del Gobierno español y que ha apelado a Madrid para que le eche una mano, tratándose, además, de un momento tan delicado como es el de las elecciones políticas españolas.

De Michelis, fiel a su amistad, ha intervenido y probablemente todo el asunto volverá a ser examinado, ya que además el presidente del colegio sindical ha objetado que. la decisión debía haberla tomado, según el artículo 7 del reglamento, no el comité de presidencia, sino el consejo de administración.

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