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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Mudanza en Hungría

LA ESCANDALOSA gestión realizada por Rumanía cerca del Partido Obrero Unificado Polaco pidiendo, en nombre de los intereses del socialismo, que se cerrase el paso a un Gobierno encabezado por un líder de Solidaridad refleja -al margen de la respuesta dada por los comunistas polacos- la permanencia de un espíritu intervencionista en los sectores ultraconservadores de los Gobiernos de Europa del Este. Espíritu que recuerda la doctrina Breznev y que representa un peligro no despreciable para las reformas en marcha. Esa actitud busca el camino de las relaciones entre partidos, como si existiese entre ellos una solidaridad susceptible de sobreponerse a los avances de la democracia.A la luz de estos hechos, la reforma realizada en Hungría tiene particular interés porque, con toda su audacia, ha sido llevada a cabo, antes que por las fuerzas de oposición, como en Polonia, merced a la mudanza interna del partido. El inminente congreso de los comunistas húngaros será el primer ejemplo, en Europa del Este, de una reunión semejante celebrada en medio del vendaval de transformación. Con toda probabilidad, del congreso saldrán fortalecidos los reformadores, encabezados por Nyers y Pzsgay: desde hace varios meses, el secretario general, Grosz, ha sido marginado. Los reformadores no esconden que su objetivo, muy difícil, es dar al partido una nueva imagen y hasta un nuevo nombre. Demostrar a la opinión, con vistas a las futuras elecciones, que se está convirtiendo en un partido socialista, o socialdemócrata, de tipo europeo, para evitar así la suerte de los comunistas polacos, que en las primeras elecciones libres apenas alcanzaron el 10% de los votos.

Los reformistas tienen en su haber cambios impresionantes en política exterior e interior. Hungría ha sido el primer país del Este que ha tomado posiciones en contra de otros miembros del Pacto de Varsovia, en particular abriendo la frontera para los refugiados de Alemania del Este. Otra iniciativa húngara que levantó ampollas entre sus vecinos fue la invitación a Dubcek, el líder de la primavera de Praga, a hablar en la televisión de Budapest.

La batalla decisiva para posibilitar estas novedades en la política húngara fue sin duda la que ganaron los reformistas con la rehabilitación de Imre Nagy. No se trataba sólo de hacer justicia a un dirigente ejecutado: Nagy simboliza una revolución popular y democrática aplastada por los carros de combate soviéticos, y llegó a pedir la salida de Hungría del Pacto de Varsovia. Con su rehabilitación, los reformadores aspiran a dar al partido otra raíz histórica, a distanciarlo de los represores de la revolución de 1956 y a situarlo, en cambio, del lado de Nagy y de los perseguidos. Al mismo tiempo ponen al orden del día, de manera indirecta, ideas que no han sido planteadas en ningún país del Este, como la de una posible neutralidad húngara. Aunque sea como perspectiva.

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¿Qué acogida darán los electores a esta mutación de los comunistas húngaros? Hasta ahora, el Forum Democrático, la organización más fuerte de la oposición, en la que se agrupan corrientes democristianas y socialdemócratas, ha ganado varias elecciones parciales. Parece que el descontento acumulado en décadas de desgobierno comunista pesa más que la política reformadora de los dos últimos años. Ante una previsión de resultados modestos en las próximas elecciones, el partido ha presentado al reformista hoy más popular, Pozsgay, como candidato a la presidencia de la República. A la vez ha obtenido un acuerdo con las principales fuerzas de la oposición para que la elección del presidente tenga lugar antes que la del Parlamento. Solución encaminada a asegurar cierta continuidad en el poder, incluso en el caso de que, los comunistas no alcancen el 25%, que es su meta hoy. Hungría se encamina -como Polonia- hacia un Gobierno de coalición que deberá reflejar los resultados de unas elecciones libres. Pero con un partido comunista en plena mutación.

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