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El Gobierno holandés prohíbe emitir a una cadena de televisión por no ser extranjera

Isabel Ferrer

El comisariado holandés de los medios de comunicación, órgano consejero del Gobierno, decidió ayer permitir la utilización de la red de cable a la cadena privada de televisión RTL Veronique y prohibir las emisiones de sus colegas de TV-10 que iban a comenzar a finales octubre. En su sentencia, el comisariado afirma que RTL Veronique es una cadena extranjera con sede en Luxemburgo (Radio-Téle-Luxemburgo tiene el 50% de las acciones) que incluye en su programación espacios en inglés, francés y alemán. De este modo cumple los requisitos de la ley de comunicación que sólo admite emisoras privadas extranjeras en el cable holandés. TV-10, por el contrario, es un proyecto del holandés radicado en Italia, Joop van de Ende, el proveedor de programas comerciales más conocido del país. La decisión, muy esperada, coincide con el acuerdo alcanzado por el partido democristiano (CDA) y los socialistas (PvdA), sobre la futura reglamentación de prensa que excluye la presencia de las televisiones comerciales holandesas en los Países Bajos.

Sentencia firme

Investigadores del Instituto de Derecho de la Información, sin embargo, han anunciado que no ven ilegalidad alguna en las dos firmas privadas que, a pesar de contar con personal holandés, han cumplido los requisitos de extranjería exigidos inscribiéndose fuera del país.La investigación del comisariado partió de la televisión oficial holandesa (NOS), la empresa nacional de publicidad (Ster) y el grupo de periódicos Nederlhandse Dagblad Pers (NDP). La propia NOS ya remitió el pasado julio una carta al Parlamento holandés pidiendo apoyo estatal ante la marcha de sus estrellas y anunciantes hacia TV-10 y el RTL Veronique. A pesar de la sentencia las seis empresas que explotan el cable holandés, piensan emitir TV-10 para provocar una sentencia firme del consejo de Estado. Ellos mismos han empezado además a anunciar los precios de compra o alquiler de las antenas parabólicas necesarias para recibir las emisoras privadas vía satélite. Alquilar una antena que de acceso al satélite Astra costará 40 florines al mes (unas 240 pesetas). Comprarla sale por 1.000 florines (unas 60.000 pesetas). Por 1.500 florines puede recibirse dos satélites y los que paguen hasta 2.500 contemplarán en su casa varias cadenas de Europa y América.

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