Verdades evidentes
En diversos medios de comunicación se ha resaltado el hecho -al parecer, inusual- de que el sacerdote oficiante en el funeral del etarra Txiribita condenase la violencia diciendo en su homilía que "la violencia y el asesinato no son el camino para los cristianos, por lo que es necesario buscar otros caminos". Estas palabras motivaron el que varios de los presentes abandonaran el templo. Causa perplejidad tal comportamiento. Si el proclamar una verdad tan clara y evidente del evangelio causa estas reacciones en los oyentes, ¿qué es lo que esperaban oír? ¿Acaso una apología de la violencia o una exaltación de los que la emplean, como el etarra muerto, para imponer sus ideas a los demás, como parece ser se ha hecho en otras ocasiones?En su viaje a Loyola del año 1982, valiente y oportunamente su santidad el papa Juan Pablo gritó estas memorables palabras, que han sido olvidadas: "La violencia no es un medio de construcción. Ofende a Dios, a quien la sufre y a quien la practica". Si siempre y por todos los pastores vascos se hubiese hablado así de claro -oportuna e inoportunamente-, seguramente no habría que haber lamentado las tristes y dolorosas consecuencias de tantas muertes que han recaído sobre el querido pueblo vasco y la sociedad española.-
