Los ministros de Economía de la CE fracasan en su intento de avanzar en el camino hacia la unión monetaria
Los ministros de Economía de la Comunidad Europea (CE), reunidos este fin de semana en Antibes (Francia), no consiguieron ayer acercar posturas para la realización concreta de las fases dos y tres del Informe Delors sobre la unión monetaria, según informó el titular francés de esta cartera, Pierre Beregovoy.En conferencia de Prensa, Beregovoy dijo que "considero este encuentro positivo, ya que se ha podido discutir con franqueza sobre los procedimientos, pero muchos países argumentan que, antes de todo, habrá que hacer un balance de cómo ha ido la primera fase del proceso".
El informe Delors, presentado este año por la Comisión Europea, tiene por objetivo final la unión económica y monetaria de los doce países miembros de la Comunidad Europea. La primera de las partes de las que se compone este documento es la menos conflictiva y contempla la convergencia voluntaria de las políticas económicas y la entrada de todas las monedas comunitarias en el ECU.
Más poderes
La segunda prevé la vigilancia de estas políticas por un organismo supranacional y la formación de un sistema europeo de bancos centrales. En la última de las fases, se llegaría a la creación de una moneda única para todos los países.
A pesar de haber fracasado en la obtención de un mayor consenso, los doce acordaron que para el próximo consejo ministerial, que se celebrará el 13 de noviembre, los titulares puedan otorgar más poderes al comité de gobernadores de los bancos centrales.
"El 13 de noviembre confío en que la primera fase del Informe Delors pueda considerarse lista para comenzar el 1 de julio de 1990", señaló Beregovoy.
El ministro francés de Economía pretende acelerar los trabajos para la reunión de la conferencia intergubernamental decidida en la cumbre de Madrid como paso previo para la unión monetaria, según informa José A. Sorolla, desde París.
El Reino Unido presentó ayer sus propuestas sobre la segunda y la tercera fases del Informe Delors, tal como había anunciado la primera ministra británica en la última cumbre de Madrid,
Londres propone, según informaciones de la prensa británica, que, en lugar de la moneda única, cada divisa europea pueda ser utilizada legalmente en cualquier país, de modo que se pueda pagar en pesetas en Londres y en libras esterlinas en Madrid, por ejemplo. Esta concurrencia de las monedas tendría como objetivo que la divisa más fuerte y estable se impusiera a las demás, siendo el mercado el principal agente de la unión monetaria, en vez de lo que Thatcher denomina la "burocracia" de Bruselas.
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