Elecciones en España
Cuando los políticos optan por adelantar unas elecciones, la decisión normalmente llega sin previo aviso. Felipe González ha hecho precisamente lo contrario: su anuncio la pasada semana de elecciones anticipadas en octubre no ha sorprendido a nadie. Felipe González espera conseguir un nuevo mandato aprovechando la popularidad de su partido y las divisiones en la oposición. Está preocupado por el recalentamiento de la economía y por las medidas impopulares que su solución conllevará. La oposición ha acusado a Felipe González de oportunismo político, pero es comprensible. A los socialistas les fue muy bien en las elecciones al Parlamento Europeo en junio. Además, la opinión pública permanece favorable al Gobierno a pesar de la inquietante influencia generada por la posibilidad de ganar dinero fácil por el rápido crecimiento y la entrada de inversiones extranjeras. Su oportunismo se puede justificar también. Los socialistas han gobernado sin rivales desde 1982 ocupando el centro del terreno político. La oposición sigue fraccionada sin esperanza y no ofrece una clara alternativa. Esta situación ha empobrecido el debate político y provocado una cierta arrogancia y corrupción entre los socialistas, especialmente en los gobiernos locales. Pero contar con un Gobierno fuerte es crucial para el desarrollo político y económico de España. Un Gobierno de tales características sólo lo puede ofrecer el Partido Socialista. 7 de septiembre