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La Comunidad prepara una ley contra el ruido y una ordenanza marco para los ayuntamientos

Juan Antonio Carbajo

La Comunidad de Madrid prepara una ley contra el ruido para paliar las lagunas legales que impiden actuar contra las fuentes de contaminación acústica. La Agencia de Medio Ambiente (AMA) quiere dotar también a los ayuntamientos de la región de una ordenanza marco para que controlen las emisiones de ruidos en su propia jurisdicción.

"España es un país ruidoso". Así lo manifestó hace dos años la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Europeo (OCDE). La situación no ha cambiado mucho desde entonces. Tanto el Ayuntamiento de Madrid como la Comunidad no han pasado todavía de abordar teóricamente el problema. Estos organismos están confeccionando mapas acústicos de la región y la ciudad, respectivamente, para conocer los puntos negros del ruido. Las soluciones, de momento, están llegando a cuentagotas.El 51 % del centro de la ciudad de Madrid soporta niveles de ruido superiores a los 70 decibelios, el máximo recomendado por la OCDE y 15 puntos por encima de lo exigido en las ordenanzas municipales. En Torrejón, Getafe, San Fernando y el distrito de Barajas, las mediciones se disparan por encima de los 75 decibelios. Son los resultados de los estudios encargados por el Ayuntamiento y la Comunidad para conocer los niveles de contaminación acústica.

Ambos organismos siguen profundizando en la teoría, a falta de experiencias concretas en nuestro país. "No existe legislación, por eso se está elaborando una ley que nos permita actuar contra las fuentes emisoras de ruidos", explica Luis Maestre, director de la Agencia del Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid. El Gobierno autónomo podría presentar la ley en el último trimestre del año. "Necesitamos hacer también una ordenanza marco para que los ayuntamientos que no tienen normativa, y que son mayoría, la redacten", explica Maestre.

Un informe elaborado por la Oficina del Defensor del Pueblo atribuyó a la ausencia de una normativa moderna y al incuinplimiento reiterado de la legislación existente el gran número de denuncias que la oficina recibe por molestias acústicas.

Centros escolares

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Tanto el Ayuntamiento como la Comunidad se han fijado especialmente en la situación de algunos colegios de la región en los que el ruido exterior o las condiciones acústicas de las aulas repercuten negativamente en el rendimiento escolar. El colegio Jaime Vera, en Torrejón, es todo un ejemplo. Está ubicado junto a la N-II y bajo el pasillo aéreo del aeropuerto de Barajas.

La AMA ha procedido este año, de forma experimental, a insonorizar este edificio y estudiar la repercusión sobre el rendimiento de los alumnos. Esta actuación y la instalación de una barrera acústica en la N-V, frente

a un bloque de viviendas a la altura del kilómetro 10, tienen un presupuesto de 60 millones cle pesetas. Para el año próximo, la partida no es mucho mayor. Con 100 millones, la AMA pretende seguir la experiencia en otros colegios de las zonas con mayores problemas de ruidos.

Por su parte, el Ayuntamiento ha encargado al Instituto de Acústica Torres Quevedo, del Centro Superior de Investigaciones Científicas, un estudio sobre las condiciones acústicas de los colegios públicos de la ciudad.

"Queremos establecer medidas correctoras y poder exigir determinadas especificaciones a las futuras construcciones escolares", explica Esperanza Aguirre, concejala de Medio Ambiente.

El problema de los colegiospúblicos no sólo radica en el ruido exterior. "Se ha detectado que el bajo rendimiento tiene relación con los problemas de acústica de las aulas", dice Aguirre. En un comedor escolar pueden medirse hasta 90 decibelios.

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