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Bancos y cajas disparan la demanda de letras del Tesoro a pesar del descenso en los tipos de interés

El Tesoro adjudicó ayer casi 200.000 millones de pesetas en letras del Tesoro a pesar del fuerte recorte que experimentó la rentabilidad de estos títulos. La fuerte demanda de letras -las peticiones superaron los 400.000 millones- obedece, según las autoridades económicas y monetarias, al interés de bancos y cajas por adquirir títulos públicos para cederlos después temporalmente entre sus mejores clientes. Estas cesiones temporales son las únicas que no están sujetas al cómputo de coeficientes obligatorios y, por tanto, permiten una remuneración mejor que otros activos financieros.

El recorte de tipos de interés en la subasta de letras del Tesoro realizada ayer fue de casi dos décimas. Ello no fue obstáculo para que se adjudicaran letras por valor de 195.887 millones de pesetas, por encima de los 177.452 millones de pesetas que vencen hoy. Los bancos y las cajas decidieron pasar por alto la caída de los tipos y tomaron el relevo a los inversores extranjeros al convertirse en los principales protagonistas de la adquisición de los títulos.Fuentes económicas y monetarias afirman que el interés de las entidades por este tipo de activo se centra en que las cesiones temporales de deuda pública son las únicas que no están sujetas al cómputo de coeficientes, después de la regulación de las cesiones de crédito el pasado mes de julio.

Cuando el Gobierno decidió imponer coeficientes y un mayor control fiscal a las cesiones de crédito las entidades financieras vieron afectada una parte de su negocio que crecía fuertemente. Para no perder ese mercado, las letras van sustituyendo a los créditos que antes se cedían.

Mediante las cesiones de letras los clientes preferenciales de los bancos pueden obtener una rentabilidad prácticamente igual a la de las letras del Tesoro, pero sin estar sometidos a las reglas de este mercado en cuanto a cantidades, plazos y precios. El banco compra paquetes de letras que luego coloca entre sus mejores clientes con los que negocia distintas condiciones.

Las cesiones temporales sobre títulos de deuda pública no están sujetas a coeficientes obligatorios debido, según fuentes oficiales, a que ese mercado ocupa un lugar central en la política monetaria del Gobierno. Además, según las mismas fuentes, en última instancia los coeficientes obligatorios son un impuesto, y no tiene mucho sentido que el Estado encarezca con esa imposición los títulos con los que quiere competir en el mercado de renta fija privada.

Limitación de crédito

La exención de coeficientes en las cesiones de deuda pública permite a bancos y cajas remunerar mejor a sus mejores clientes y, en concreto, a aquellos que quieren una elevada rentabilidad para un importante volumen de fondos pero durante períodos de tiempo muy breves y, en algún caso, impredecibles. Es decir, están especialmente diseñadas para captar puntas de tesorería en las empresas.

La tenencia de letras, por parte de bancos y cajas, y su posterior cesión no se apoya sólo en la mejora de rentabilidad que pueden ofrecer a sus. clientes. La petición que el Banco de España les hizo para que restringieran el crédito durante el segundo semestre es un segundo motivo. Y a éste se suma la expectativa de caídas adicionales en los tipos de interés a lo largo de los próximos meses.

La limitación a la concesión de créditos a familias y empresas hace que los bancos busquen una nueva salida a la colocación del pasivo captado en depósitos y una forma rentable de hacerlo es comprando deuda pública para su posterior cesión a un tipo de interés algo inferior.

El tercer motivo que está animando a las entidades de crédito a demandar letras aunque caiga el tipo de interés es la esperanza de futuros descensos en los tipos, que permita una operación de arbitraje propia de intermediarios financieros. Con expectativas bajistas en los tipos de interés, el banco cede letras a un tipo de interés ligeramente inferior al que se las compró al Tesoro. Con los fondos obtenidos de la cesión puede acudir a la nueva subasta que será, si se cumplen sus expectativas, más barata.

El interés de las entidades de crédito por demandar títulos públicos se orienta más hacia las letras que hacia bonos y obligaciones porque las primeras son un activo mucho más líquido, con un segundo mercado muy ágil, además de que tienen un plazo de amortización menor. El desarrollo del mercado de letras y el hecho de ser un activo a corto plazo compensa buena parte de la diferencia de rentabilidad que el Tesoro quiere imponer entre éstas y los bonos y obligaciones.

La fuerte demanda de letras ha supuesto que las emisiones netas superen ya las necesidades de financiación que tiene prevista el Estado para lo que queda de año.

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