Enrique VIII y los pecados de la carne
Enrique VIII, a pesar de ser tan grueso que un embajador "se asombró de que no estuviera constantemente en la cama", fue víctima de la malnutrición, según afirma la revista History Today.Al carecer de los beneficiosos consejos de la moderna dietética, Enrique comía demasiada carne y prescindía de la fruta fresca y la verdura. Entre los síntomas que padeció se incluían úlceras en las piernas, frecuentes catarros, estreñimiento, letargia y lagunas mentales. Sus mujeres sufrieron sus imprevisibles cambios de humor. Susan Maclean Kybett, miembro de la Royal Historical Society, añade que esto se puede relacionar con el escorbuto, enfermedad provocada por una mala alimentación. La creencia de que el rey padeciera sífilis ha perdido crédito hace ya,tiempo, en parte porque ninguno de sus hijos heredó las secuelas de esta enfermedad.
Enrique VIII no era el único. María I, el cardenal Wolsey, Isabel I y Jaime VI sufrieron los mismos síntomas de escorbuto. La nobleza inglesa consideraba los vegetales comida de campesinos y uno de los más eminentes médicos de la época prevenía contra su consumo.
Un turista italiano de aquellostiempos hacía notar que los británicos se alimentaban en exceso de carne. Phillip Stubbes, escritor de la era isabelina, fue uno de los pocos en criticar la dieta excesiva en proteínas de la aristocracia inglesa.
30 de agosto
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