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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Celdas de castigo

Hay que reconocer que van ustedes mejorando. Su habitual editonal veraniego culpando de los accidentes de tráfico al estado de las carreteras y al Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU) viene esta vez matizado.Ya reconocen que también tiene parte de esa responsabilidad el descontrolado crecimiento del parque de vehículos privados, que da grandes beneficios privados a los fabricantes y obliga a tremendos gastos públicos en infraestructura. También reconocen que una perfecta red de carreteras tipo RFA reduciría en algo el número de muertos, pero el problema de fondo seguiría existiendo, como lo demuestran los 510.000 muertos por año habidos en las buenas carreteras europeas de Europa occidental: los mismos que todos los norteamericanos en toda la guerra de Vietnam.

Hacen bien en señalar como corresponsable a la publicidad agresiva que forrienta la velocidad idiota y la potencia sin sentido, por cierto, desde las páginas, entre otros, de su periódico y suplementos. También indican por primera vez, al fin, lo irracional de un sistema que concede con excesiva facilidad licencias para conducir 2.000 kilos de metal a 150 kilómetros por hora a decenas de millones de conductores, que pueden ser alcohólicos, tener sueño, etcétera.

Para el próximo verano sugiero que expongan posibles soluciones racionales y no tópicas: por ejemplo, más transporte público y menos privado, se pongan como se pongan los fabricantes, y se olviden de abogar por más autopistas para más coches, porque estaremos en lo mismo.

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Por último, aunque el título del editorial de este verano -El coche fúnebre- es adecuado, propongo otro para el próximo verano: La celda de aislamiento y castigo, porque ¿qué otra cosa es sino un espacio metálico de dos metros cúbicos donde se hacinan entre uno y cinco penados atados por ley con cinturón, durante una a dos horas diarias, aguantando fuertes ruidos y vibraciones, sin poder comer, beber, hacer sus necesidades o distraerse lo más mínimo, respirando humos tóxicos y sufriendo 40 o 50 grados en verano? Y por si fuera poco, como en las cárceles de la dictadura uruguaya, los penados tienen que pagar la estancia en la celda: entre uno y, muchos millones cada cinco o 10 años. Y la mayoría de ellos tienen cadenas perpetuas.-

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