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Reportaje:

Los 'frailes' se quedan solos

La rivalidad de 10 años entre dos clanes gitanos fuerza a uno de ellos al exilio

Durante los últimos 10 años, chineses y frailes, las dos familias gitanas más importantes de la localidad jiennense de Beas de Segura, se habían odiado con persistente reciprocidad. El año pasado, tras una auténtica batalla campal en la que, paradójicamente, los frailes llevaron la peor parte, muchos chineses decidieron emigrar hacia otras tierras. Los pocos que aún quedaban optaron, hace pocos días, por abandonar la localidad tras el ultimátum que recibieron del clan vencedor de "actuar en consecuencia" si no lo hacían. Los frailes se han quedado solos.

Ambas familias vivían peligrosamente juntas en el barrio marginal de Vista Alegre. El recelo ocupa ya demasiado espacio, y, por ello, chineses y frailes habían jurado que sólo un clan podía permanecer allí.Los frailes siempre han acusado a los chineses de ser "muy de derechas". Mientras que los primeros se dedican a labores de campo, los segundos viven del comercio durante el tiempo que han residido en Beas de Segura, localidad de 10.000 habitantes a 125 kilómetros de Jaén. La diferencia social entre ambas familias era muy amplia. También la ideológica.

Según cuentan vecinos del pueblo, el 19 de marzo de 1988, día de la batalla que decidió quién se quedaba en el pueblo, fueron los chineses los que provocaron el tumulto al insultar a los frailes cuando éstos coreaban el nombre de Felipe González.

La riña acabó con 18 heridos de ambas familias (13 frailes y 5 chineses). Las heridas, en la mayor parte de los casos, obedecían a perdigonadas de escopetas, contusiones ocasionadas por objetos contundentes y lesiones de navajas. Utilizaron 16 escopetas y más de un centenar de navajas, según comprobó la Guardia Civil, su peso se acercaba a los 40 kilos.

Refuerzos

Ante la magnitud del suceso, la Guardia Civil y la Policía Municipal de Beas, se vieron obliga dos a pedir refuerzos a otras poblaciones para poder reducir a más de un centenar de gitano que dirimían sus diferencias por la vía rápida. Tras la batalla, los detenidos ascendieron a nueve.Cuando ocurrieron los hechos, el número de gitanos que residían en Beas del Segura se acercaba a 500, de los que unos 300 pertenecían a la familia de los frailes. Los chineses, pese a haber llevado la mejor parte en la reyerta, o quizá por ello mismo, solicitaron al alcalde de Beas del Segura, el socialista Cristóbal Cantero, protección en las dependencias municipales "para evitar venganzas". Días después, se marcharon a tierras valencianas, a la recogida de la fresa. La mayoría no volvió. Pese a que el no retorno de muchos chineses había templado el clima entre ambas familias, nadie había olvidado nada De hecho, según los frailes, los chineses que se asentaron en localidades cercanas, como Villacarrillos y Baeza, han provocado algunos incidentes y agresiones al encontrarse con un miembro de los frailes.

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Estaba claro que los chineses no se habían dado por vencidos: acusaron a los frailes de haber saqueado las casa que abandonaron tras la multitudinaria riña y aseguraron que volverían "con todas las consecuencias". Para ello, según manifestó su portavoz, José García Fernández, pidieron garantías a las autoridades de que no les iba a pasar nada.

Los frailes afirmaron que deseaban vivir en paz, pero que no podían aceptar en el mismo suelo a los que dispararon contra sus hermanos: "Si los chineses vuelven a pisar Beas para vivir aquí, los asamos a puñaladas, los matamos", amenazaron. Ahora, tras el abandono de la localidad por la única de las 20 familias de este clan que aún permanecía allí, los chineses han manifestado su deseo de "no volver a pisar nunca más Beas de Segura".

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