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LA SANIDAD ESTIVAL

Urgencias de alcohol y accidentes

Los turistas extranjeros buscan médicos privados que hablen su mismo idioma

Los turistas que acuden a la sanidad pública durante los meses estivales en las costas mediterráneas no son muchos, pese que a comienzos de este verano la asistencia para los procedentes de la Comunidad Europea es gratuita. Cuando lo hacen es porque presentan un considerable grado de embriaguez o porque el sol les ha socarrado la piel. Hay una tercera causa, los accidentes de tráfico, que los conducen directamente a los servicios de urgencia de los hospitales. Las clínicas privadas multilingües se llevan parte de la clientela, previamente concertada por seguros privados.

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Al hospital, volando

Los ciudadanos de países comunitarios reciben asistencia sanitaria pública en cualquier lugar de España, con un documento denominado E-111, que entró en vigor el pasado 1 de julio y que permite desplazarse por los doce con las prestaciones médicas garantizadas. Aun sin documento, son atendidos. Un turista polaco relató que su mujer había sufrido una dolencia en el estómago y había sido atendida "muy bien" en el hospital de Denia (Alicante). El polaco reconoció que no portaba ningún documento sanitario. En verano, el centro de salud de esa localidad refuerza su personal sanitario con cuatro médicos y un pediatra más. Este año se imparten clases de inglés en horas de trabajo. "En esta zona predominan los turistas ingleses", añade un médico que desempeña su función en una clínica privada. "En muchas ocasiones", prosigue, "Ios turistas eligen los centros particulares en los que hay médicos belgas, holandeses y alemanes y pueden entenderse en su mismo idioma"."Lo primero que enseñan cuando llegan aquí es un fajo de billetes", dice Jesús Agustín, médico coordinador del centro de salud de Jávea, núcleo turístico que en época estival alberga a cerca de 80.000 personas. "Les tenemos que explicar que si lleva la cartilla E- 111 disfrutan de los mismos derechos que un ciudadano español. De todas formas, si se presenta un caso grave ni tan siquiera miramos la documentación; lo atendemos y luego ya veremos quién paga".

Ingleses, alemanes, franceses, italianos acuden a los consultorios por los mismos motivos que los madrileños o los zamoranos. "Gastroenteritis, cólicos, picaduras, accidentes típicos de las playas, como clavarse un cristal en la arena, faringitis y accidentes de tráfico", añade el médico.

En el ambulatorio de desplazados de Benidorm, la casi totalidad de pacientes son madrileños. La masificación de esta ciudad, que en verano se convierte en un hormiguero con más de 300.000 personas, afecta también a los servicios sanitarios, que se ven colapsados todos los días. Se pueden producir esperas de cuatro horas para recibir una consulta de cinco minutos.

No es frecuente la presencia de extranjeros en los consultorios porque la mayoría dispone de seguros privados. En Benidorm hay numerosas clínicas que se anuncian con carteles de publicidad donde se especifica el conocimiento del francés, alemán e inglés.

24 horas al día

Los médicos de las localidades costeras de Piles, Miramar, Daimuz y Bellreguart, todas ellas de Valencia, pese a tener los consultorios muy cerca de la playa, presentan un aspecto blanquecino que contrasta con el moreno de los pacientes que acuden a ellos, muchos y muchas, en bañador. No es de extrañar: trabajan las 24 horas del día. Estos facultativos fueron contratados por el Servei Valenciá de Salut (SVS) para atender durante los meses de junio, julio y agosto lo que los responsables sanitarios denominan asistencia a desplazados.

El médico de Piles tiene la consulta en lo que hasta hace ahora dos años era una carnicería. Es también su domicilio. En el cuarto donde pasa consulta, de cuatro metros cuadrados, no caben la enfermera y él juntos. De modo que, cuando está uno, el otro debe permanecer fuera. Los pacientes, en una gran mayoría madrileños, guardan turno pacientemente en la calle. El de Miramar dispone de un local un poco más espacioso. Tiene cerca de 10 metros cuadrados. Sin embargo, se ve obligado a recibir a los pacientes con la puerta abierta "porque si no, aquí nos ahogamos de calor", dice.

Según sus contratos deben trabajar dos horas al día, pero el resto del tiempo deben estar localizables. "Es decir", añade uno de ellos, "que si viene una urgencia a las cinco de la mañana la tienes que atender, aunque a las nueve empieces el turno". El mes pasado, la paciencia de uno de ellos llegó a su límite. Una mujer se presentó a las siete de la mañana buscando un remedio para el estreñimiento que arrastraba desde hacía tres días.

"Es que los responsables del SVS han hecho publicidad sobre la asistencia a los desplazados, y claro, viene todo el mundo, incluso por una picadura de mosquito", añade un médico. El consultorio de Miramar atiende a cerca de 100 personas al día, lo que obliga a su médico a prorrogar la consulta durante cinco horas.

El número de urgencias atendidas en el hospital Carlos Haya de Málaga se dispara durante el mes de agosto, informa La media mensual que atiende el centro es de 16.000 personas, número que asciende a 18.500 en julio y a 21.500 en agosto.

Además del hospital general, que tiene con tres urgencias reforzadas con 20 médicos y 30 ATS, se cuenta también con el nuevo hospital universitario, cuya urgencia estaba ya colapsada antes del verano por falta de profesionales y medios, según denunciaron los sindicatos.

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